lunes, 16 de enero de 2017

Buscar felicidad en la post guerra

Matar a tu padre porque ya no sirve; esta averiado y cuesta dinero mantenerlo... superar el miedo a cumplir la fantasía por necesidad y no por placer, quizás el placer de sobrevivir y darle lucha a todo lo que se presume como inevitable. La naturaleza se abre camino y no siempre toma el de la virtud. Pero somos más que naturaleza por nuestra propensión a cuestionar y valorar las horas que vivimos, son o no merecedoras de ser vividas. En eso nos llevan una alta ventaja de querer vivir siempre estoicamente y con justificaciones éticas universales, de las que no se revelan ni por mas penosa que sea la situación. En ese instante se sienten superiores y míticos luchando batallas épicas pero poco a poco todo se corrompe y se muestran los que se enriquecen de las miserias, los que saben escudriñar en las almas y espantan ese coraje con calor y comodidad. En momentos de hambruna se pierde la guía para la vida y nadie puede culpar a otro de tomar decisiones extremas que en algún momento todos han pensado. No se soporta el dolor y es dentro del juego de un niño el momento en que se toma la decisión de saltar, de caer y llegar rápido al otro lado. Solo era un niño y no lo soportó. Inmenso Roberto Rossellini con "Alemania, año cero" en el año 1948 para hacer esta hermosa película de realidad viva y gris.



                                    


                                                    Edmund Moeschke (Edmund) y Ernst Pittschau (El padre).