Pajeros del mundo, he aquí una muestra:
domingo, 21 de octubre de 2007
jueves, 18 de octubre de 2007
Rehabilitación
Quienes sobrepasan la muralla del miedo a la entrega en una relación observarán el espectaculo maravilloso del amor. Es muy alto el precio estimado para vencer este obstaculo. La dedicacion, confianza y compromiso son los ingredientes esenciales para que florezca la divinidad y esto es lo más carente que tiene un hombre mundano.
Muchos hablan de autosuficiencia y trasladan su masturbación fisica a una de indole emocional. Masturban su corazón brindandole exceso y obnubilacion(cloudiness). Olvidan su vacuidad y la importancia de emociones que ellos consideran predecibles u ornamentales. Pero, ¿prescindible el amor?prescindible la fe? Son sentimientos que nos brindan una llave a ser mejores.
Sin embargo es dificil rodeados de tanta desconfianza y egoismo, de tanta individualidad forzosa en la que te enseñan a ser tacaño incluso con las sonrisas. Por ejemplo hoy dia en el transporte público, que me traslada de mi hogar al trabajo, subio un despojo humano a cantar alabanzas al señor, las cuales tenian como fin ablandar los corazones de nosotros los pasajeros. Al iniciar sus cantos no pude evitar incomodarme. Su voz desafinada y poco melodiosa, su tono alto y desmedido como el de un jalador, la manera en que los gallos se escapaban entre las letras de alabanza y sobre todo el hincapie que hacia al mencionar su conexion con Dios y lo dichoso que era de haber llegado y de encontrarse en su dicha.
Esas cosas tan de mañana , en un micro lleno y con un trafico que lo aletarga todo me hicieron desear la muerte de ese hombre. Enviarlo directo con Jesús y hacer que se salte la peregrinación. Imaginaba una balacera iniciada por mi y continuada por los demas pasajeros, acabando asi con las alabanzas y volviendo al silencio en el que eramos estatuas inexpresivas, bultos roncando o fantasmas que observan todo sin dejarse ver. Todos y todas criaturas de la urbe moderna .
Pero el amor me brindo un puente, un escape en el que pude refugiarme y huir de ese sentimiento desagradable que es la ira, el cual sin embargo es un sentimiento tan cristalino y de consecuencias tan impredecibles que aún nose como manejarlo. El amor deberìa llevarme a la comprension de todos por igual respetando diferencias y errores. Aquel hombre debio merecer mi respeto y mi piedad por su situación de pobreza y miseria y en vez de eso quize dispararle.
Mi amor a la mujer que tengo y el hecho de sentirme valioso me hizo mantener limpia mi conducta en ese microbus. Pero no pudo eliminar del todo las ganas de volver a matar. Matar como antes lo hacía, disparar a diestra y siniestra para callar las malditas ranas que croaban dentro de mi cabeza. Para no ver más a una sarta de hijos de puta que viven para incomodar y sacar provecho de cada persona incauta que encuentran, a aquellos que piensan en su suerte como fundamento justo para lastimar o manipular al resto.Pero en mi mente ya no hay desacuerdo ni deseo de hacer justicia. Ahora puedo estar tranquilo en mi asiento y observar lo que pasa alrededor. Si algo me molesta solo tengo que cerrar los ojos y respirar.
martes, 9 de octubre de 2007
Carta Vieja de un Extraño de otra Promoción
Osea que eras tu, ¿por qué te muestras como amiga? jajaja ¿tienes miedo que te diga tus verdades? Es lo último que crei que harias, pensé que darias la cara por ella y no te esconderias como un cobarde. No entiendo como ella te quiere, pero es inteligente y ahora estoy más seguro que se cansara de ti y te dejará. Las oportunidades en la vida vienen una sola vez, una vez que pasan no hay manera de cogerlas, tu la tienes, la tienes aún a tu lado y no te das cuenta creo. Te digo algo para que no te creas, la otra vez la vi conversando con un chico buena gente de la base 89, el también la quiere,es un buen tipo, creo que se esta enamorando de él, por la referencias que tengo, y eso debe ser porque contigo no se siente bien, no se porque te digo esto, pero eso es prueba que tu no la hace feliz; eso ya se veía. Ahora pués me entenderás cuando la veas en los brazos de otro hombre, delante TUYO y te dire, loquito, lo que te perdistes.
jueves, 4 de octubre de 2007
La Recompensa del Desierto-Cosas del Orinoco
Hace mucho tiempo había un joven comerciante llamado Kirzai, cuyos negocios lo obligaron a viajar un día al pueblo de Tchigan, situado a doscientos kilómetros de distancia. Por lo común, el habría tomado la ruta que seguía el borde de las montañas, lo que le habría permitido hacer la mayor parte del viaje protegido del sol.Pero en esta ocasión, Kirzai sufría la presión del tiempo. Era urgente que llegara a Tchigan lo mas pronto posible , de modo que decidió tomar el camino directo a través del desierto de Sry Darya. El desierto de Sry Darya es conocido por la intensidad de su sol y muy pocos se atreven a correr el riesgo de cruzarlo. No obstante, Kirzai dio de beber a su camello, lleno sus alforjas y emprendió el viaje.Varias horas después de partir empezó a levantarse el viento del desierto. Kirzai refunfuño para sus adentros y apuro el paso del camello. De repente se detuvo, estupefacto. A unos cien metros delante de el se levanto un gigantesco remolino de viento. Kirzai nunca había visto nada semejante. El remolino arrojaba todo en derredor de una extraña luz purpúrea y hasta el color de la arena había cambiado. Kirzai titubeo. ¿Debía hacer un largo rodeo a fin de evitar esa extraña aparición o debía seguir siempre derecho? Kirzai tenia mucha prisa, sentía que no disponía de tiempo para tomar el camino mas lento, de modo que agacho la cabeza, encorvo los hombros y avanzo.Para su sorpresa, en el momento en que penetro en la tormenta todo se volvió mucho mas calmo. El viento no azotaba ya con tanta fuerza contra su cara. Se sintió contento de haber tomado la decisión correcta. Pero de pronto se vio obligado a detenerse otra vez. Un poco mas adelante, un hombre yacía estirado sobre el suelo junto a su camello acuclillado. Kirzai desmonto de inmediato para ver que pasaba. La cabeza del hombre estaba envuelta en una chalina, pero Kirzai vio que era viejo. El hombre abrió los ojos, miro con atención a Kirzai durante un instante y después hablo con un susurro ronco.- ¿Eres .... tu? Kirzai rió y sacudió la cabeza. - ¿Que? ¡No me digas que sabes quien soy! ¿Mi fama se ha extendido hasta el desierto de Sry Darya? Pero tu anciano, ¿quien eres? El hombre no dijo nada. - De todos modos -continuo Kirzai- , Tu no estas bien. ¿Adonde vas? - A Givah -suspiro el viejo-, pero no tengo mas agua.Kirzai reflexiono. Sin duda podía compartir un poco de su agua con el anciano, pero si lo hacia se arriesgaba a quedarse sin agua el mismo. Sin embargo, no podía dejarlo así. No se puede dejar morir a un hambre sin echar una mirada atrás. "Al diablo con mis planes -pensó Kirzai-, solo necesito encontrar mi camino hasta el sendero que corre a lo largo de las montañas, en caso de necesitar mas agua. ¿Una vida humana vale mucho mas que un compromiso de negocios!" Ayudo al viejo a tomar un poco de agua, lleno una de sus cantimploras y después lo ayudo a montar su camello.- Sigue derecho por ese camino -le recomendó mientras apuntaba con el dedo- y en dos horas estarás en Givah. El anciano hizo una señal de agradecimiento con las manos y antes de irse miro un largo rato a Kirzai y pronuncio estas extrañas palabras: - Algún día el desierto te recompensara. Entonces acicateo a su camello en la dirección que Kirzai le había indicado. Kirzai continuo su viaje. La oportunidad que lo esperaba en Tchigan sin duda estaba perdida, pero se sentía en paz consigo mismo. Paso el tiempo. Treinta años después, los negocios llevan a viajar a Kirzai de continuo de una parte a otra entre Givah y Tchigan. No se había hecho rico, pero lo que ganaba era suficiente para proporcionar una buena vida a su familia. Kirzai no pedía mas que eso.Un día, mientras vendía cueros en la plaza del mercado de Tchigan, se entero de que su hijo estaba enfermo de gravedad. Era urgente que fuera a verlo de inmediato. Kirzai no vacilo. Recordó el atajo a través del desierto que había tomado treinta años atrás. Dio agua a su camello, lleno sus cantimploras y partió.A lo largo del camino libro una batalla contra el tiempo, azuzando sin cesar a su camello. No se detuvo ni disminuyo la marcha mientras bebía agua, y por esas razón ocurrió el accidente. La cantimplora se le cayo de pronto de las manos y antes que pudiera bajarse para recuperarla, el agua desapareció en la arena. Kirzai profirió una maldición. Con una sola cantimplora llena era imposible cruzar el desierto. Pero al pensar en su hijo, el viejo se obligo a seguir adelante.- ¡Tengo que hacerlo! ¡Lo haré!El sol del desierto de Sry Darya es despiadado. Le importa poco por que o para que fines un hombre trata de desafiar sus rayos, arde inexorablemente siempre con la misma fuerza e intensidad. Kirzai pronto comprendió que había cometido un gran error. Se le reseco la lengua y la piel le quemaba. La única cantimplora restante ya estaba vacía. Y ahora, para su desazón, vio que empezaba una tormenta de arena. Kirzai se envolvio la cabeza con su chalina, cerro los ojos y dejo que el camello lo llevara adelante a donde fuera. Ya no era conciente de nada. Un gigantesco remolino de viento se levanto frente a el. Despedía una suave luz purpúrea, pero Kirzai seguía inconsciente y no vio nada. Su camello entro en el remolino de viento, avanzo unos pocos pasos y entonces, en forma abrupta, se sentó. Kirzai cayo al suelo. " Estoy terminado -pensó- ¡Mi hijo nunca volverá a verme!" De repente, sin embargo, dio un grito de alegría. Un hombre montado en un camello avanzaba hacia el. Pero cuanto mas se acercaba el hombre, tanto mas la alegría de Kirzai se convertía en estupefacción. Este hombre que ahora desmontaba de su camello .... ¡Kirzai lo conocía! Reconoció su propio rostro juvenil, sus ropas .... ¡y hasta el camello que montaba! Un camello que el mismo había comprado por dos valiosos jarrones muchos años antes.Kirzai estaba seguro: ¡el joven que venia a ayudarlo era el mismo! ¡Era el mismo Kirzai tal como era treinta años antes!- ¿Eres .... tu? -balbuceo Kirzai con un susurro ronco. El joven lo miro y rió. - ¿Que? ¡No me digas que sabes quien soy! ¿Mi fama se ha extendido hasta el desierto de Sry Darya? Pero tu, anciano, ¿quien eres? Kirzai no contesto. No sabia que hacer. ¿Debía decirle al joven quien era, o no decir nada? Mientras tanto el joven continuo: - De todos modos, tu no estas bien. ¿Adonde vas?- A Givah -respondio Kirzai-. Pero no tengo mas agua.Kirzai vio que el joven reflexionaba en silencio acerca de la situación y supo con exactitud lo que pasaba por su mente: ¿debía ayudar a Kirzai o continuar para atender sus propios asuntos? Pero Kirzai también supo cual seria la decisión y sonrió al observar que el joven le ofrecía un trago de agua. Después, el joven le lleno la cantimplora vacía, lo ayudo a montar su camello y apunto con un dedo.- Sigue derecho por ese camino y en dos horas estarás en Givah.El viejo Kirzai miro un largo rato al joven que alguna vez había sido el mismo y le hizo una señal de agradecimiento. Hubiera deseado hablar con el de muchas cosas, pero solo logro encontrar estas palabras: - Algún día el desierto te recompensara. Y entonces partió de prisa hacia Givah, donde lo esperaba su hijo. Kirzai llego a ser un hombre sabio, respetado por todos. Y cuando contaba este extraño cuento, todos los que lo escuchaban le creían. Desde aquellos tiempos, el desierto de Sry Darya ha sido conocido con el nombre de Samavstrecha, que quiere decir: El desierto donde uno se encuentra a si mismo.
texto no perteneciente a gonzalogozza pero el quiere compartirlo con uds.
texto no perteneciente a gonzalogozza pero el quiere compartirlo con uds.
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