En la foto en tu cama me gusta imaginar que me esperas,
Que las distancias son de minutos
y las nubes que nos separan entran en un empaque de algodón.
Podría bajar la pendiente de tu brazo humedeciendo tu piel con mi PH
Y probar así las sales aromáticas de tu invalorable feminidad.
Desearía que en mi lecho vivieras para que al regreso de mis expediciones
Entre las bestias humanas con su maldad y degenero,
Me consolaras.
Para no tener como último recuerdo
La pobreza de las almas que dejan morir a quien no sabe robar.
Tu pelo negro es la caricia que necesita mi pecho para seguir latiendo,
Para bombear la sangre a donde tú puedas saciarte.
Tus labios recorriéndome
mi cuerpo es tuyo
y sabes exactamente qué hacer con el aunque estas lejos.
Me gusta imaginar que me esperas despierta,
algo tan hermoso como la atención de tus ojos.
Que las distancias son de minutos
y las nubes que nos separan entran en un empaque de algodón.
Podría bajar la pendiente de tu brazo humedeciendo tu piel con mi PH
Y probar así las sales aromáticas de tu invalorable feminidad.
Desearía que en mi lecho vivieras para que al regreso de mis expediciones
Entre las bestias humanas con su maldad y degenero,
Me consolaras.
Para no tener como último recuerdo
La pobreza de las almas que dejan morir a quien no sabe robar.
Tu pelo negro es la caricia que necesita mi pecho para seguir latiendo,
Para bombear la sangre a donde tú puedas saciarte.
Tus labios recorriéndome
mi cuerpo es tuyo
y sabes exactamente qué hacer con el aunque estas lejos.
Me gusta imaginar que me esperas despierta,
algo tan hermoso como la atención de tus ojos.
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