Un resaqueado de siempre,
olvidó su sombra en alguna reunión,
suenan las cosas porque caen de él
y dentro de poco al combar la puerta
el traje negro que le queda
se manchará de forma irremediable,
después ya no lo veras.
Siento lo de su padre
sería amigo del mío
si hubiesen tenido el mismo horario
Pero la puerta se rompió
cuando ya había arribado
y solo queda su fantasma
que me arrastra a la locura,
en caída libre a praderas engreídas
vivo imitando tus ronquidos.
Separa la calzada para unos pasos solitarios
resaqueado de toda la vida
me imagino el apogeo del romero
en bosques mediterráneos
como un caballo sediento de consuelo
y de un pequeño alivio.
Él se dispone a descansar
y olvidar todos los detalles infelices.
Solo dar gracias del final
y dejar que una gran tregua acontezca.
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