Martes 12 de Enero 2027
Lo vi en un reel a modo de broma sobre la URSS. Estilo soviético para combatir el bajón. No es necesario sentirse mal por estar triste, todo lo contrario. Aceptarlo como un estado no de transición sino de balance en el cual eres consciente de tu mortalidad, de tu insignificancia y de lo volubles que son todos los seres humanos, sobre todo con los que nos relacionamos ofrece una amplia lista de posibilidades funcionales. Me he dado cuenta que aceptando lo que a otros atormenta puedo ser más dinámico y proteger mejor a mi familia nuclear. La que me toco cuidar y amar.
He aceptado a una edad madura que ya no nos volveremos a ver de la misma forma como estás en mi mente; feliz de verme y con ganas de escucharme, de saber realmente como me encuentro, no como personas que uno saluda por acto reflejo en la calle. De verdad interesada en mi y en que este bien para poder amarme; eso ya no va a pasar conmigo, le esta pasando a alguien más. Ya termino nuestro tiempo y no tiene sentido seguirnos comunicando. Eso me lo dijeron hace algunos años y no lo entendí, me cayó muy mal en ese momento de mi vida sin embargo es lo más ético para estos casos.
Te hiciste mujer de un Dr que se ve bonito, te hiciste la mujer del dealer y así aseguraste tu mesa de noche con las sustancias que te gustan con una inteligente jugada; droga y sexo de la misma fuente. La misma mesa de noche donde ponía mis canutos y mi copa de vino mientras estaba contigo. He aceptado también que nunca voy a recibir el amor que vende la ficción. No tengo esperanza de obtener de forma idílica alguna relación donde sea atendido exactamente a la medida de mis necesidades físicas y emocionales. Eso no existe; todos estamos rotos, la paz más profunda no necesita de compañía.
Acepte también que las apariencias no son muy importantes para conseguir la riqueza económica pero si la popularidad. La vanidad es la verdadera religión y no contribuye en el autoestima de las personas promedio, menos en él de las poco agraciadas. El mundo se regocija de excluir a los que no encajan con la diversión que se retrata en las redes sociales. No quiero tener redes sociales, las tengo inactivas pues las creé cuando llegue a pensar que encajaría con ellos. Pero ya acepte que no, que debo jugar con sus reglas porque allí está lo que quiero pero no voy a encajar nunca con las personas populares y lindas.
Una de las cosas que más me costaron aceptar es la injusticia como expresión natural de los seres humanos, podemos ser testigos de actos viles con la posibilidad de corregirlos y dejar un mensaje que disminuya la maldad pero el diablo es rencoroso y alienta a quienes son valientes a robar y matar a los débiles; nunca podremos parar eso teniendo piedad. Sin embargo la piedad es la virtud del pueblo. Los actos pequeños que parecen insignificantes inclinan la balanza solo momentáneamente, eso es lo que acepte; los malos tienen el poder. Hay que resistir.
Acepte también mi problema y como me ayudó a destruir casi toda mi vida dejando años desperdiciados y recuerdos deplorables. Eso hasta ahora porque al aceptar comprendí de donde venía todo el caos que me rodeaba, como elegí exactamente las amistades que ayuden a cimentarlo y como lo volví una zona de confort donde me hundía cada vez más en una mediocridad irremediable. Te perdí y no paso mucho para que encuentres a alguien. Podría culparte y pensar mal de ti pero también acepte que yo te idealice y que algunos solo aman cuando les conviene. No tiene nada de malo elegir lo que te conviene y no lo que amas.
Acepte que no le convengo a nadie por ahora y que es mi decisión empezar a subir mi valor. No bebo solo ni cedo ante la abundancia de placer, quiero la abundancia de riqueza y un amor más para poder trascender en el tiempo. Pero de lo uno depende lo otro, la abundancia tiene que envolver mi aura y proyectar lo que soy en el fondo. Es la razón por la que decidí aceptar todo eso y cambiar mi destino, moriré solo como un animal y ninguna mujer viajará conmigo, es mi viaje y mi historia para escribirla a mi manera. Acepte que la mayoría me ve como yo me veo y entonces me valoré.
Acepte que siempre tendré ganas de tirar todo al tacho y de huir en alguna botella, que nada es personal, cada quien se preocupa única y exclusivamente de sus propios asuntos. El egoísmo es necesario para el desarrollo personal, llegas a una empatía universal en el momento que te entiendes a ti mismo ya que todos somos bien parecidos como civilización moderna. Al igual que el agua hemos perdido nuestra riqueza proveniente de la tierra y de la memoria principal. Acepte que tu no vas a cambiar pero cambiando yo cambia todo.