martes, 12 de agosto de 2025

Cuando Acecha La Maldad - El Embichado

Los encarnados llevan una entidad dentro suyo, incubando y pudriendose a la vez. Como si se tratase de un parasito que poco a poco va tomando control pero en este caso dueño de una inteligencia maligna. Un conocimiento omnisciente de cada una de las historias personales de los que logran acercarse a el. Es un pueblo argentino ganadero muy alejado de las grandes ciudades. La apatía policial es ya patrimonio conocido latinoamericano y sus conexiones demoniacas también, a nadie le importa si se van muriendo en un pueblo alejado, inclusive de formas muy macabras. 

Los personajes principales eran dos personas que habían vivido un triangulo amoroso y además diversos problemas familiares que los tenían nerviosos y reservados desde el inicio su torpeza y falta de criterio para hacer exactamente todo lo que debían evitar para empeorar la situación era un reflejo de su inestabilidad. Pedro esta muy nervioso y Jimi tiene que apoyarlo. No lo puedes llevar lejos y así alejar la maldad, no se le puede matar disparando, los animales se comportan de maneras extrañas, lo puedes llevar en la ropa y contaminar las casas, pueden nacer niños diferentes y en zonas rurales los niños son más sensibles a la maldad.

No hay salvación divina ni una mujer vieja que pueda luchar en contra, no hay libros ni herramientas que sirvan para poder anular la llegada de un nuevo demonio, la madre devora a su hijo y el hijo devora a la madre. El juego terrible del caos y de la instauración de la ira necesaria para que puedas cometer el crimen que tanto reprimes, ese deseo inicial que proviene de la desilusión, de la impotencia de no tener el control y tener que vivir con ese peso extra que te avergüenza y disfrazas de amor paternal. La maldad nunca deja huellas y dura para siempre. 



  

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