Ya se que soy una basuraza por no haberla llamado sabiendo que es su día libre, pero quería drogarme, quería chupar y cagarme de risa con mis amigos. Siempre lo mismo y ahora a pocas horas de verla y conversarle sabré si lo que me va a decir es más de lo mismo. Y de hecho tiene razón pues aun no tengo trabajo y aun no puedo llevarla a un montón de lugares como le había prometido. Aun no puedo comprarle los regalos que le había dicho y todo lo demás que conlleva la bonanza. No se si sentirme culpable o brindarle el enunciado que tantas cosas a decidido; a la mierda. Pienso y me masturbo pensando en pasados que nunca se concretaron, en posibilidades solamente imaginadas, y todo eso en un estado en el que no debería imaginar más que cosas misteriosas y de posibilidad infinita, pienso en senos en culos y en lenguas que juguetean sobre mí. No lo puedes entender tú que trabajas y te esfuerzas, como es que gasto y desperdicio mi vida en cosas tan estúpidas. Antes esperaba tanto de la vida: una pensión por mi talento, un conjunto de mecenas que se pelearían por cumplir mis caprichos y un montón de chicas que se sumergirían conmigo en todas las piscinas de la ciudad. Pero ¿quien me creía que era entonces?, era tan joven y me pensaba poseedor de un talento muy por encima de los demás. Creía que tenía la sensibilidad suficiente como para abrirme espacio entre la elite y sobresalir como el nuevo rebelde del Pop Art. Pero no. Ahora muchos años han pasado, muchas cosas he vivido y me he dado cuenta que soy la misma mierda que todos, que lo que creía especial en mi es muy común entre limeños. No tengo nada de especial más que un buen gusto que no sirve para nada. Pero sobresalí en algún momento aunque de manera muy negativa. Que podrá ser de mí en unos diez años. Sin nada mas que recuerdos no concretados y una panza que cada día crece mas.
Pasan las horas y me acerco a ella ¿que le diré? ¿Que excusa será esta vez, aun me podrá perdonar, aun tendré con que invitarle algo? Y mi vida es lo mas triste que alguien esperaría de un supuesto ser humano especial A veces tengo tantas ganas de morir de forma accidental, de no pensar siquiera en el pasado ni en el futuro que he dejado sino en la manera en que me estoy yendo. Que cada ser que me conoce sepa que mi vida fue un inconcluso y que nada satisfizo en verdad mis expectativas. Cada día en verdad me dan ganas de no levantarme y quedarme en cama hasta que alguien aparezca y me lleve lejos de donde estoy. Odio ser yo mismo, odio no estar en otro lado, odio a mis padres; no por haberme criado como lo hicieron ni por haberme dado la infancia que tuve sino por haberme engendrado, por haberme tenido y haberme puesto en el ruedo de la vida. Odio la vida pues con todos sus sinsabores nunca cumple con lo que otorga. Nunca da solo quita.
Pero que diría un triunfador un millonario, el hijo de puta de Henry Ford, Que dirían esos huevones. Que las oportunidades y que la puta madre, que todo se lo tienes que arrebatar a la vida, que todo tiene un sentido de reto. Ellos que dirían de mi que soy un don nadie que no merece la vida que esta teniendo, que no merezco a Sue ni mi salud ni mi casa o la comida que mi madre me sirve a diario. Tienen razón. Yo no merezco nada de eso. Pero no lo pedí tampoco.
En todas las cosas que he vivido en estos últimos días he encontrado una dificultad inmensa en encontrar plenitud. Hay momentos sin embargo que me esperanzaron y me dieron muchas razones para mantenerme firme en la lucha con el día a día. Razones que se mostraron atractivas y estimulantes, pero todo sigue apestando aun.
Ya se que no me voy a detener y seguiré tras esas oportunidades de las que habla la gente que no se complica pensando. Veré como uno tras uno caerán los sueldos ansiados para pagar todos los arbitrios tácitos de la vida moderna. El amor, el relax y la diversión, las tres cosas que hacen que uno se mantenga en equilibrio para poder volver a comenzar los lunes del resto de nuestra vida. Lamento tanto no poder disolver de mi la sensación de absurdo y de hacer valer mi derecho de no vida. Pero me han hecho creer que eso es de cobardes, que es una forma de salir corriendo de los problemas que nos quieren agobiar.
La tristeza de pertenecer y de ver como mi familia se cae en pedazos año tras año dejando al último vestigio de su estirpe una constante de amargura y de desesperanza, es como la más lamentable serie de TV. Pero mi juventud me ampara pues no hay límites dentro de ella. ¿Podré alguna vez justificar mi existencia solamente de los placeres inmediatos de la noche urbana y de consumo masivo; y abandonar la introspección y el ascetismo como formas de tranquilidad? Ojala.
Bueno a los que aun se preocupan por mi les pido que ya no lo hagan pues soy causa perdida. No tengo de donde agarrarme ahora. El amor que me da mi mujer es muy favorable para mi salud mental y física pero creo que no basta para resucitarme. Nunca pensé que podría rendirme pero creo que lo haré. Pero esperen un momento. Yo le prometí a Sue que no me rendiría, que no dejaría que me gane la depresión o la tristeza y sin embargo estoy dejando que lo haga. Necesito dinero para aportar en todo pues mi madre es una vieja que con las justas puede pagar los gastos de una casa. Mi padre es un hombre perdido en su propia cabeza que aun no sabe como volver de esos sueños largos que tiene. No hay dinero para nada más que para comer. Ni siquiera para vestir pues vivimos de ropa que nos regalan familiares y así nos encontramos con novedades en el armario. Que basura.
Ya es temprano de nuevo. Creo que no les he contado pero ya estoy trabajando y es casi ya medio año que ha pasado desde que entre a la empresa, pocos días después de haber escrito esa infame nota en mi diario. La vida ha pasado de forma muy distinta a la etapa que viví en ese momento. Las cosas han cambiado mucho y sobre todo que ahora espero de forma segura los días. Recuerdo mi anhelo de muerte y la nitidez con la que sentía el vació y la desilusión ante tanta espera, la forma en que culpaba a los demás de tanta adversidad. Ahora han pasado cosas que han hecho que cambie mi manera de pensar. He revisado una y otra vez las maneras anteriores ha mi enrumbamiento como trabajador decente de saco y corbata que se levanta temprano y no bebe entre semana. Yo estaba equivocado y mi convicción más fuerte era la más errónea. Pero el cambio en mi fue demasiado tarde para Sue, al día siguiente de haber conversado con ella y decirle todo lo que sentía en ese momento, le pedí que me dejara y que no vuelva conmigo por su bien. Ante las lágrimas que ella dejo desbordarse por sus ojitos negros le mostraba la peor de mis facetas. La peor de mis máscaras. La del vencido. Ella se iba y yo no fui a detenerla que fue lo que meses después me confeso que deseaba que yo hiciera, pero no. La deje ir y creí ilusamente que era lo mejor para ella y para mi en ese momento. Pero ahora que mis responsabilidades se han incrementado en un cien por ciento y no tengo sus besos ni sus manos calidas acariciándome con ternura ni tampoco tengo su fragilidad para proteger me arrepiento de no confiar en el amor y en los consejos que dan los que aman. Me hace sentir muy miserable dentro de mi aparente mejoría. Pero ya es mañana de nuevo y es el primer día de la semana. Tengo que apurarme y llegar temprano para poder terminar rápido y tener tiempo para seguir escribiendo. Me dedicó a la asesoría legal en cuestiones financieras. Como trabajo para una firma privada tengo ya establecido los casos que voy a llevar y ya he cumplido con los de este mes, bueno cumpliría si hoy termino temprano. Como tengo plazo hasta el viernes para presentarlo pues me quedarían cuatro días para escribir placidamente en mi oficina.