martes, 8 de junio de 2010

Oda a Chopin

Para humectar mi alma la delicadeza del piano,
Las negras y las blancas se unen con el licor de los ángeles
En un roció tan puro que se lastima cuando nos toca.
No se reconoce la miseria rodeado de tus melodías,
Desaparecen los problemas en un festival de bondades.
Un banquete con la diferencia
que el dinero no es impedimento de tu riqueza.
Se olvidan Cronos y los Cien brazos de su ponzoñosa enemistad,
no pueden contener la ira porque también se regocijan
ante la majestuosidad de tus notas bendecidas.
Gracias Frederic por nacer en mi universo
Y no llevar tus melodías a otros soles, a otras lunas.


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