No sé porque te molesta que te piense en forma sexual ¿Crees que te quiero menos si recuerdo cuando te penetraba o cuando me hacías eso? Claro que recuerdo nuestros momentos en las clases o cuando conversábamos camino al paradero. Tú con tus miedos a no sentirte una persona común y yo con la certeza de que nadie se daba cuenta de que debajo de tus lentes y tu ropa holgada había una criatura hermosa que pronto todos desearían. La vida no nos dio mucho tiempo para salir y cumplir con los formalismos. No conocí a tus padres sino después de que ya habíamos follado y no conociste mi casa hasta mucho después aun. Hay sentimientos comunes a los demás; como los celos y la pertenencia a una relación que siempre inundan nuestras conversaciones, el oírte hablar sobre las cosas que te molestan y te apenan no me es incomodo, para nada lo es. Me complace que también desnudes tu mente.
Quiero bienestar y que la vida te de toda la bonanza posible pero sin que te aleje de mi. Tolero que tengas enamorados y que te acuestes con ellos porque sé que ninguno te toca como te gusta. Tú siempre me revelaste las ganas que tienes de que te traten de la peor manera y ninguno de ellos entiende esa manifestación de amor, ninguno se da cuenta de tu sed de sometimiento y humillación; por el contrario te inundan de ese amor decorativo lleno de respeto y forzosos detalles estereotipados. No te basta eso, estas sola, lo estamos, porque provenimos de las cenizas de una ciudad extinta, no hay muchos de nuestra especie. Te quiero y te entiendo, me quieres porque me entiendes. Aunque te dejaste contaminar por las normas y las prisas de la vida moderna. Tú lograste salir del gueto y yo sigo escribiendo desde allí. Ser negro y pobre ya es muy difícil como para que aparte de ello quiera ser escritor.
Una decepción más contigo era previsible. Sé que no deseas verme para no sentirte mal en tu sistema de valores y no traicionar lo que crees correcto, por eso no me dejas tocarte, por eso te reprimes y tratas de corregir los defectos que tengo; para estar conforme a tu búsqueda platónica. Otra vez me plantaste y cancelaste al último minuto pero esta vez ya había previsto eso y no me afecto mucho. No como otras veces que no había pensado en nada y solo esperaba volverte a poner la mano encima, volver a sentir tu boca sobre la mía y buscando en mi pantalón la calma a tu apetito. De esa forma me gusta recordarte y espero no lo desprecies. Cada una de las veces en que te sacaste el sostén y me dejaste libre en tus senos de coronas grandes, que te mordía y apretaba. Nunca te gustaron los besos apasionados sino los tiernos y suaves. Bajarte el pantalón y ver la ropa interior con encajes que cubría tu sexo depilado, algunas veces logre poseerte sin previo aviso y era el algodón y los diseños infantiles tus preferidos. Todo encantador y salvaje, como tienen que ser las cosas que no se olvidan.
Ahora estamos a vísperas de la navidad y siempre me he sentido triste por estos días, las cosas pasan a mi alrededor de la manera en que no me gusta que ocurran y explota todo como una sarta de cohetes arrojada a los pies. Como un sonido inesperado rompiendo el silencio. Entre las cosas con las que me protejo están tus recuerdos. Verte nuevamente mía y de nadie más en una cama, entregada a mi capricho y desfachatez. Buenos momentos para las tardes de este año que se nos va.
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