jueves, 5 de julio de 2012

La Ensenada



En la ensenada junto a los corales
Recuperé mi fuerza y desnudo camine hacia la orilla
Causando pánico entre los veraneantes.
La muerte y la vida no son bienvenidos
Cuando la muchedumbre se divierte.
El horizonte mantenía una curva antropomorfa
Y yo soportaba cada una de las miradas
Observando lo lejano de mi destino.
El regreso a una metrópolis
Llena de ratas y caracoles metálicos es inevitable.
Se que en el camino me trataras de desviar;
La risa de la mujer, los niños del hombre, 
Con sus juegos de azahar y sus competencias.
La diversión de la violencia como mercancía
Y las cosas de la modernidad
Recuerdo el consejo de las sirenas,
De cada hombre puede emerger la bestia
Y de cada mujer la arpía.
Desobedece las creencias de los que caminan en la tierra
Pero no hagas públicas tus sospechas
El escarlata de las noches
Es lo único que me alienta a seguir.



No hay comentarios: