jueves, 5 de julio de 2012

Viejos Amigos

¿Se te hace difícil entender lo que digo?
¿Es una invitación o una imposición? 
¿Recuerdas cuando no necesitábamos dinero?
Cuando caminábamos entre colillas y cemento,
No existían redes sociales ni las redes telarañas,
Solo el amor primitivo y las ganas de patear todo,
Mientras los carros nos rozaban
Cada quien hablaba de lo que leía,
De lo que se sentía en nuestros pechos impolutos.
Pero todo eso acabo,
Todo lo que sostenía la fragancia y el despertar a un sol que no arda.
Todos los niños están condenados a corromperse y dejar sus columpios.

1 comentario:

Fernando Waroto dijo...

Hay algunos que siempre llevan sus columpios en las espaldas y hay otros que reinventan columpios sin llevarlos en sus espaldas, no creo que todxs estemos condenadxs.