miércoles, 6 de noviembre de 2013

Lo Indomable

La cachetada de una indiferencia y la poca seriedad de la madre
son dos cosas que conjugadas dan como fruto un verbo indolente.
Somos seres de la alquimia más mítica los que no creemos en el yugo de las horas
y que regimos nuestra juventud por la posibilidad que tenemos de amar.
No el amor incondicional que no existe
si no el que uno elige para poder morir en paz.
Las antorchas no iluminan este sendero,
es el neón y la negación total de la naturaleza el medio para trasgredir la rutina.
Solo el mar es la única fuente que representa bien la grandeza de ser indomable.
Cuando quieras tomaré tu lugar,
porque todos tus papeles son iguales para mí.

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