viernes, 6 de febrero de 2015

Los Imprudentes

La gente como nosotros no teme al infierno,
Nos condenamos con nuestro amor y dejamos la lluvia lista
Para anegar la paz de los demás en la ciudad.
Tomamos el mundo,
Le manchamos de trementina
Para lucir el color que queremos vestir.
La frivolidad es no preocuparse de la risa,
Del aceite de oliva, de las cosas pequeñas de la vida.
Estoico instante en el que vencí el miedo de incomodar al prudente.
Un desprecio basta
Para comenzar a observar la realidad del último mártir.

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