Martes 5 de noviembre del 2024
El frio no solo se siente con el cuerpo sino también con la edad, he llegado a un punto ciego en el que la muerte no me ubica pero ya estoy en su terreno. Algunas personas que me acompañaron en rutinas laborales o académicas ya no están en este plano; ya pasaron al otro lado y muchos en situaciones absurdas; como la señora que se atoro y nadie le hizo RCP, ni siquiera los agentes de seguridad que cuidan la urbanización se atrevieron a practicarle la maniobra que le hubiese salvado la vida. Murió en la desesperación de la asfixia.
Es curioso que cada manera en la que partimos refleje tanto la forma como hemos vivido, no estoy diciendo que esa señora se haya merecido ese tipo de final pero su historia siempre tuvo ciertas susceptibilidades que se prestaron a varias teorías que explicaban ese desenlace. En la vida uno puede darse cuenta de muchos patrones de conducta que nos dirigen hacia contextos fatales que se van confirmando con el pasar de los años y de nuestra obstinación de querer morir en nuestra propia ley.
Hasta que lo conectamos, hasta que logramos perdonar y se caen los pretextos o las racionalizaciones que bloquean la responsabilidad. La tristeza en cierta medida es un pretexto para no ser hombres virtuosos, sobre todo cuando caemos en el embuste de la inercia. No hay mas que ponernos en movimiento para poder visualizar las oportunidades que nos rodean. La vida siempre ha sido difícil y lo seguirá siendo por toda la eternidad, el sol va a salir independiente de nuestras emociones. No trabaja para nosotros, nosotros trabajamos para él.
El momento en que yo logré comprender que dentro mío había un arraigado impuesto que le otorgaba a la inercia y a las decisiones emocionales, comprendí mi debilidad por el alcohol. Esa tendencia a ser absorbido desde mi propia esencia ingiriendo voluntariamente la sustancia necesaria para que puedan extraer la luz de mi ser. Las reacciones sorpresivas, los despertares con heridas, las vergüenzas inolvidables y las malas experiencias que les he brindado a muchas personas a mi alrededor, son todas fruto de esta oscuridad.
Todas son ofensas contra mi propio ser, todas las humillaciones y agresiones que he sufrido por mi mala conducta estando intoxicado han sido completamente necesarias para que pueda entender la gravedad del asunto. La ultima no ha sido la mas brutal en retrospectiva pero si la mas esclarecedora, la que ha servido para situarme en una sensación de rechazo ante la ingesta. Se muy bien que es una lucidez momentánea pero quisiera sacarle el máximo provecho al leñazo que he logrado y aprender nuevas salidas.
No solo las perdidas materiales sino las consecuencias irreparables que hago con mi reputación son las más graves heridas que me infrinjo. Eso terminará solo de dos maneras y no quiero ser participe de ninguna, ese no es mi destino y recién he logrado visualizarlo. El rencor y la obsesión, ambas respuestas lógicas para escapar recibieron al vicio en un clima de tormentas emocionales que arrasan con todo lo que esta bien en mi vida. Incluso tu tuviste que pagar por esos platos rotos y verte sucia de mis manos piripi.
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