jueves, 15 de noviembre de 2007

El pecado racial

La Muerte es el horno en que el Demiurgo guisa su alimento. La materia se disuelve en la materia, la energía gira, se transforma, y del dolor ascienden los vapores espesos que lo fortalecen. Su mayor alegría la extrae del sufrimiento.



Mas, la muerte orgánica, provocada por el Demiurgo, es también la falsificación y corrupción de un Arquetipo extraceleste (¿de la partición del Huevo Órfico, del Eros Cosmogónico?), que la iniciación de los Héroes reproduce con la Muerte Mística, Mágica, cuando al Aryo le ha sido dado descubrir el Camino de la Resurrección, y Wotan, crucificado en el árbol Iggdrasil, del Espanto, ha reencontrado las Runas.



Pero no nos adelantemos. Estamos aún en Paradesha, la Región Alta, polar, junto al Monte de la Revelación. Asen y Vanen viajaban constantemente a otros astros del firmamento, conformando ellos mismos sus Vehículos, sus Vimanas, desintegrando y rehaciendo sus formas materiales, sutilizándolas o densificándolas. No se han encontrado osamentas fósiles de aquellas lejanías, pues los huesos no existían ni siquiera en el animal-hombre, menos en los "ángeles", ambos de consistencia semivaporosa. La gran falla de la "fabricación" demiúrgica queda de manifiesto en la economía con que se han montado los órganos de la reproducción, confusamente mezclados con los de evacuación de residuos corporales. La misma boca que besa, come.












La sangre original de los Divyas era ígnea, envuelta en ese color azul que desprende la llama. Así, el color del cuerpo y de la sangre de los Hiperbóreos era azul, como el de Krishna y el de Shiva. De este modo se veían aquí. Sus cabelleras eran casi blancas de doradas, como filamentos de seda o de lana. Las guedejas de las Asinen y Vaninen flotaban al viento de los milenios, bajo las encinas de Hiperbórea.

La sangre era lo más preciado, era un río de fuego frío, de Luz Helada; era la Vía Regia, que aún se preservaba en la conexión de El y Ella con la Mónada, con lo que aún restaba del Huevo Primigenio, de ELELLA Y ELLAEL, con Aquello que se quedara esperando como al borde de una Fuente (fons perennis). La sangre era el Cordón Dorado que mantenía la unión con lo Indecible, la Nostalgia, la Voz, el Recuerdo de la Eternidad. La Sangre era la Memoria de la Raza de los Inmortales, de los Dioses. Mientras esa sangre se mantuvo pura. Y he aquí que los Asen mezclaron su sangre.

Los viejos textos, el "Libro de Enoch", nos cuentan de la caída de los ángeles, del enamoramiento de los Nephelin por las hijas de los hombres. Como la mayoría de los documentos han sido expoliados débese pensar que también aquí existe adulteración. ¿Qué significa "hijas de los hombres"? ¿Y qué es el hombre? ¿Cómo y cuándo aparece? Sin duda, debe ser también un plagio del Demiurgo, jamás una creación, porque el Demiurgo es incapaz de crear. ¿De dónde obtiene el original para adulterarlo? Pensemos: ¿Qué ha pasado con "él" y con "ella", una vez salidos del Huevo pre-Cosmogónico, que la explosión demiúrgica alcanzara? Ni ese "él" ni esa "ella" tienen realidad ontológica separados de su centro original. Ha sido fácil para el Demiurgo aprisionarlos "vampíricamente", y producir la involución del mono, de los grandes homínidos, del Hombre de Neanderthal, de los antropoides, de los animales que son una degenerada corrupción y subdivisión de los "él" y "ellas", falsificación y copia. Así, la Humanidad sería "él" y "ellas" corrompidos por el Demiurgo, aprisionados, devenidos mortales. He aquí Adán y Eva. Adán, el "hombre rojo", hecho a imagen de Lucifer, corrupción de Odín, pero sin la materia incorruptible, de verdadera Vajra Roja (producto de la Rubedo, de la Alquimia Tántrica), dura como el rubí. Eva, corrupción de Lilith-Freya. Son los animales-hombres, máquinas "robóticas" del Demiurgo, su alimento.

Pero esta "mujer humana", "hija de los hombres" y de la tierra, en algo preserva su primordial belleza, en un cierto magnetismo irresistible, que fuera capaz de "enamorar a los ángeles", una sustancia femenina abisal. A causa de la muerte, el Demiurgo ha debido dotarla de órganos físicos de la reproducción, que le permiten multiplicar su alimento, y que son capaces de mezclar el placer intenso del orgasmo con el dolor y la sangre de los nacimientos. Así evita el Demiurgo que con la muerte su "combustible" también desaparezca. Con el nacimiento obliga a otros "él" y "ellas" a encarnarse, aprisionándolos en sus redes. La energía capaz de crear nuevos cuerpos y dar nuevas vidas, el Demiurgo la obtiene de esa sangre ígnea que "él" y "ella" también poseían, fuego mágico desprendido del Eros proto-Cosmogónico, potencia que han llamado Kundalini, en sánscrito, y que es una Serpiente de fuego y plumas de fuego, la Serpiente del Paraíso, de Hiperbórea, una pequeñísima parte de la cual se expresa la energía sexual y una mayor en la Fuerza Odil, con la que Zeus creara a Atenea. Corrompida por el Demiurgo, será capaz de dar vida a nuevos cuerpos, como una trampa para aprisionar en su materia a los "él" y "ellas" trashumantes.

¿Qué hizo que los Asen se "enamoraran" de las hijas de los hombres, cayendo en las redes de la reproducción? La leyenda nos cuenta que Hiperbórea se encontraba separada de los otros continentes de esta tierra por un Cordón Dorado -de oro y plata-. Más allá de esos límites habitaban las "hijas de los hombres". Los Asen las vieron un día y no pudieron resistir la tentación de amarlas. Debió ser también el Demiurgo quien dotara a los Asen de los órganos de la reproducción física, de que ellos carecían. ¿Significó un pacto con el Demiurgo? ¿O fue un riesgo aceptado, puesto que conllevaba la muerte y el peligro de la pérdida de la inmortalidad? ¿Riesgo inmenso, pero que ofrecía a cambio algo jamás soñado ni por los más grandes utopistas...?

Tampoco habría sido difícil para los divinos Asen hacer aparecer en sus cuerpos los órganos de la reproducción física, por medio del poder de Odil; separados al comienzo de cualquiera otra función biológica, hasta su corrupción demiúrgica. El Mito nos revela que los divinos no pensaban valerse del sexo de un modo permanente. Zeus -el Ziso de los germanos- crea un hijo de la carne, Hefestos-Vulcano, que nace feo y deforme. Por ello lo arroja al centro de la tierra y deja de procrear de ese modo. Hará nacer a Atenea de su cabeza, como ya lo hemos dicho.

La caída del divino Asen se podría relatar así:
"Viéndola reposar sobre el primer Monte sobreviviente, el Monte Cassuati, donde cinco hombres se salvaron del Diluvio, descubre reflejos de cielo. Dentro de esa forma está también su mundo; pero más duro, más espeso, más lleno de dolor. Y el Angel cae..." "¿Qué gran caída hubo en el Universo? Parece como que la tierra es una escoria, que nuestro mundo lo es... Caída, primero, involución... El Angel se enamora del hombre... el pecado fue la unión de los Dioses con el animal-hombre..."

El Demiurgo nada crea. ¿De dónde ha sacado, entonces, la capacidad de hacer aparecer seres nuevos por "inseminación"? Pues, procreación artificial es la que el Demiurgo logra por medio del sexo de los humanos. Copia también, plagio y corrupción de la "partenogénesis" de los Dioses. Al Demiurgo pertenece sólo la Explosión, la división, como revertimiento de la Implosión, del ensimismamiento divino. Partición, destrucción de la Totalidad. Lo hemos dicho, también su Explosión ha venido a servir de palanca o trampolín a los Dioses para salir por la herida o ventana abierta en el Huevo Primigenio, en busca de una "cantidad" que por allí se escapara. Pero el Huevo no se ha roto, únicamente ha adelgazado sus paredes como para permitir filtrarse, salir, a "él" y "ella". Y, luego, a los El y las Ella. Esa aparente herida abierta, ya no cicratizará jamás, aun cuando el Huevo siga existiendo como Mónada, como Purusha, como Morada Ancestral. Así, también, de este prototipo se plagia la procreación física demiúrgica. Del ovario, a través de sus paredes adelgazadas, escapa un óvulo que será alcanzado por la "explosión" seminal; se ha filtrado una célula, que es ya predestinada a aprisionar a un "él" o a una "ella" en la tierra.

¿Qué es el semen? Es la sangre de los divinos succionada por el Demiurgo y convertida en sustancia espesa de luz blanca con la ayuda de un Aion prisionero, de Surya, el Sol de Oro. El semen es la Runa Odal transustanciada, el Fuego Azul empalidecido, es el robo del Gral, el aniquilamiento de Kundalini, el debilitamiento y muerte de la Serpiente del Paraíso, de la Serpiente de Quetzalcóatl. El semen es el Poder de los Dioses arrojado a una sentina. Otra forma en que el Demiurgo bebe la sangre de los Dioses, destruyendo su Poder y su Voluntad Creadora. Por ello, la iniciación Tántrica de la India Aria prohíbe la eyaculación del semen a sus adeptos, como una pérdida del Oro alquímico, del aurum potabile.

Tan grande habrá sido la conmoción producida por la caída de los Asen de Asgard, de Paradesha, de Hiperbórea, que los Vanen no pueden resistirlo y desean castigar a los infractores de la Sagrada Ley Racial de los Divinos. Todos los textos sobrevivientes del más lejano pasado nos cuentan de una Guerra Inmensa acaecida en los cielos (¿del quinto hacia abajo?). El ángel Gabriel lucha contra Lucifer (que en verdad es Miguel, patrono de los germanos). Y Lucifer es exiliado en el Polo Norte, donde cae de cabeza, con los brazos abiertos y extendidos, como la Runa Ir, de la Muerte (Muerte Mística). La simbología de esta Historia Cósmica y sacra deberá ser siempre revisada por el Hitlerismo Esotérico, pues ha sido adulterada por el judeocristianismo.


Por esa Ley de Solidaridad, o "sincronismo", la catástrofe interior de la Raza de los Inmortales será seguida por otra exterior en la Naturaleza y en el Cosmos. Entonces se produce la desviación del Eje de la tierra y el salto de los polos, de modo que el Polo Norte pasará a ser el Polo Sur, en la Antártica (es allí donde se encuentra Lucifer ahora), helándose el Continente de Hiperbórea y dejando en ambos extremos cerradas las entradas a la Tierra Hueca, las que antes se hallaban permanentemente abiertas, uniendo el interior al exterior, por una escala o rayo de luz ("dentro" y "fuera" eran meras palabras). La Escala de Luz era la Runa Sieg. Ahora esas entradas sólo se abrirán en las estaciones del verano, o en el equinoccio de primavera, conjuntamente con la "Ventana del Ozono", en el Polo Sur y en el Polo Norte.

Ha desaparecido la Hiperbórea Polar, cubierta por los hielos. Gerda queda prisionera de la ronda de las constelaciones del Zodíaco, por la ley de la gravedad y por la precesión de los equinoccios, que a su vez producirá la traslación de los continentes, por la desviación del Eje, que es causal de ese balance de la esfera. Saturno habrá sido transmutado en Satán, desapareciendo el Sat-ya-yuga, o Edad Dorada. El Tiempo-Kronos devora a sus propios hijos y, al final, se lo traga todo, como el Lobo Fenrir.

Los Vanen no pueden resistir tanta desgracia, entran en la Tierra Interior por la Puerta-Herida del Polo, se trasladan a ese Mundo astral, al alma, a aquello que aún resta de materia más sutil en este planeta, para instalar allí sus Ciudades de Agartha y Shamballah. También la Ciudad de los Césares de la leyenda del Sur, a la que sólo se llega en el Caleuche; con el Hombre que Vendrá.

La catástrofe cósmica y planetaria se produce cuando una parte importante de los divinos, profundamente distraídos en su amor con las mujeres de la tierra, ha dejado de luchar por la regeneración de la materia, perdiendo poco a poco la potencia Odínica, y por causa de la impureza depositada en su sangre con la mezcla con el animal-hombre. Así pierden la capacidad de desintegrarse, no pudiendo pasar con sus cuerpos a otros planos menos densos del Universo y a otra dirección del Tiempo. Llegarán a olvidarse de su origen divino, sin recordar que fueron una vez Dioses. Se pensarán iguales a los mortales. Han perdido la posibilidad de restablecer el contacto con los Divyas o Siddhas de Agartha y Shamballa. Ya no podrán entrar a la Tierra Hueca, ni oirán la Voz en la Memoria de la Sangre, por las impurezas de la mezcla con el Sudra. Se habrán olvidado de Asgard, del Paraíso de los Asen y de sus antepasados inmortales. Serán así los verdaderos expulsados del Paraíso, de Paradesha, de la Hiperbórea Polar.

La tierra gira ahora en dirección contrapuesta, dextrógiramente. Por ello, los seres del Exodo llevarán como Emblema la Swástika Dextrógira, guiados por un guerrero de nombre Rama, en la Era del Carnero. La tierra ha entrado en el círculo de las estaciones; el clima estable ha dado paso al clima cíclico. Los que algún día pretendan regresar a Paradesha deberán hacerlo con la Swástika Levógira, girando hacia atrás, hacia el origen polar. El Guía será Wotan-Lucifer.


2 comentarios:

el ultimo avatara dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
el ultimo avatara dijo...

por momentos crei recordar mi pasado,o de todos .
solo queda el sentimiento de antaño,una gran nostalgia de que alguna vez fuimos dioses.
con orgullo y lealtad tendre en cuenta eso .

el.ultimo.avatara@gmail.com