Y es que me das asco;
espero la última noche del mes para
dejarte sola y nunca volver.
Después de cada beso y cada encuentro,
me limpio los labios de tu maquillaje
y me recuesto en mi cama solitaria
con una mirada fija en el techo;
persiguiendo tristemente fantasías.
La mas ulterior de ellas,
la que haría que te horrorices,
la guardo para mi cerveza personal;
y al lado de ella una muy extraña
de querer que no hayas hecho nunca nada,
que seas mía y por mi causa
sangres amor de verdad y no mentiras,
que se llevan mi dinero y mi sonrisa.
Con gran asombro la mujer le contesta,
¿Acaso crees que yo quiero ser solo
tuya?
Desde que la noche se expresó en manos
y me volví curiosa por la carne,
no he dejado de desear amantes
y probar su hombría con mis labios,
y probar su hombría con mis labios,
como una guillotina
en la que todos tienen que dejar un poco de su sangre.
en la que todos tienen que dejar un poco de su sangre.
¿En serio crees que pueda amarte?
¿Qué dejaría la posibilidad del exceso por tu triste amor y causa?
Me das risa.
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