No sufras mi amor,
puedes volverte a enamorar
y tener los hijos que no tendrás
conmigo.
Desde este momento en adelante
la pálida me ha cogido de la mano
y me lleva como guia hacia Aqueronte.
En pocas semanas llegaré
y dejarás de tolerar mis celos y mi
poca comprensión.
Una linea muy suave de cabello
ondea en dirección al norte
en busca de la última de mis
aventuras.
Trataré de iluminar el cielo
y de destruir los cimientos de la
industria amarilla.
Un millón de voces asustadas
no pueden detener el nacimiento de la
libertad,
una sola estrella es todo lo que
necesito para llegar a mi destino.
Hay una bola que crece con cada avance
que doy
como una avalancha de voluntad en la cual se deshace mi cuerpo terrestre,
me reconforta el volver a ser lo que
fui.
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