Sam Raimi es el
director de las películas serie B Evil
Dead que son el deleite gore de los incondicionales amantes del auge del
morbo ochentero en esta nueva generación de mentes bizarras. Le conocí cuando
era un niño por Darkman la cual mantenía algunos matices de lo que
venía haciendo pero con una intención mucho más comercial. También es el mismo
de Drag me to Hell, película más
moderna que tiene componentes irresistibles para el entretenimiento. No hablaré de Spiderman,obviamente.
Acabo de ver A Simple
Plan la cual no tiene nada que ver con los anteriores trabajo mencionados y
demuestra la vocación real de un director que no solo es bueno para
determinados matices estéticos sino que sabe muy bien como contar una historia,
explotando al máximo las virtudes de sus actores(geniales Billy Bob Thornton y Bridget
Fonda) y mostrando el desgaste de una consciencia cimentada con valores
éticos y una formación académica que al contrario de sostener este armazón de
virtud cae igual que un castillo de naipes ante la influencia del poder que da
el dinero fortuito. Una sensación de los Coen muy notoria. Todo se contamina, todo se vuelve muerte y aceptación por
una carga que ya no puede ser más pesada una vez que se cometió el primer
crimen. La nieve y su tranquilidad en una zona rural, un zorro que se roba una
de las gallinas es la metáfora perfecta de lo que somos capaces de hacer en
momentos de desesperación. Huimos lejos de la escena del crimen pensando una coartada
y pidiéndole a la tormenta que tape todas nuestras huellas. La mujer embarazada
ríe ante una mesa llena de fajos de billete y olvida por completo que estaba
diciendo lo correcto, cambia, se pervierte y quiere cubrir cabos sueltos con
avaricia y egoísmo demostrando que siempre se puede vivir mejor aunque se tenga
todo lo necesario en esta vida y que ser madre no es impedimento para tener la
sangre fría. Cotidianidad en cada personaje y un suspenso tan melancólico como
enfermizo. El hermano bruto de la familia dio el paso más heroico sin temor ni
titubeo, solo quería dejar de ser parte de todo ello y descansar de tanto
remordimiento… Días en los que Sara y yo
hacemos como si fuéramos cualquiera...pero no se puede ser cualquiera después
de ser lo más bajo y tener que permanecer en silencio el resto del tiempo pues
no hay recursos para salir del pueblo. Todo fue una quimera y casi siempre lo
es con la suerte.
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