jueves, 5 de julio de 2012

Viejos Amigos

¿Se te hace difícil entender lo que digo?
¿Es una invitación o una imposición? 
¿Recuerdas cuando no necesitábamos dinero?
Cuando caminábamos entre colillas y cemento,
No existían redes sociales ni las redes telarañas,
Solo el amor primitivo y las ganas de patear todo,
Mientras los carros nos rozaban
Cada quien hablaba de lo que leía,
De lo que se sentía en nuestros pechos impolutos.
Pero todo eso acabo,
Todo lo que sostenía la fragancia y el despertar a un sol que no arda.
Todos los niños están condenados a corromperse y dejar sus columpios.

lunes, 25 de junio de 2012

El Envidioso

Envidio a los que tienen un hijo
No porque quiero uno propio
Sino porque consideran una bendición sobre poblar al mundo,
Envidio a los sordomudos y a los ciegos
Porque todo lo tienen más difícil
Y hacen que su día a día sea una lucha significativa,
Envidio a la muchedumbre sin valores y cultura
Porque no tiene que escribir ninguna cosa para estar tranquilos,
Envidio mucho a los toreros
Porque hacen de la muerte un entretenimiento colorido,
Envidio a los idealistas y a los soñadores
Porque llevan una hermosa venda que les encanta a las muchachas,
Envidio a los plebeyos y a los mendigos
Porque de ellos será algún reino en los cielos,
Y envidio a mi propio linaje y a mi círculo de amigos
Porque presencian como me carcome este sentimiento.
Le pido a Dios que perdure el azul de mis días
y que nunca me falten las ganas de terminar con todo esto.

Esperanza Flamenca


Mi vida es solo un mal momento
Ya pasará y será una mejor vista desde el malecón,
Con las caminatas
llenas de caprichos de rosas y zarzuela.
Yo se que pasará,
Y que todo se tornara color de una hermosa marea
Seré una brisa no contaminada,
Con la salud de los corredores y las bicicletas.
con el humo de los poetas .
Acariciaré a las muchachas que no tienen preocupaciones
Y volveré de regreso al mar
Donde todo comenzó para esta aventura.

viernes, 22 de junio de 2012

My Queen

Para ser una linda reina
no necesitas de la corona y del vestido
no necesitas lambiscones, saltimbanquis y bufones,
ni siquiera necesitas al rey y a su castillo,
o  banquetes ni  bestiarios,
Solo necesitas reinar en las tierras con justicia,
Contribuir con tu sonrisa
a crear los mitos y las esperanzas
de los pocos corsarios que aun quedan perdidos.

Tratado preliminar del culo.


No suelo concordar con el prójimo varón sobre cuál es el mejor culo. Noto un gusto general por el culito escuálido de las modelos flacas. A mí me gustan grandes, hospitalarios, macizos. Me gusta el culo balcón, que sobresale y se autosustenta como un milagro de ingeniería. El culo bien latino, rappero, reggaetón, de doble pompa viva y prodigiosa.
Me salen versos cuando hablo de culos. Quizá porque en los culos hay algo más antiguo y atávico que en las tetas, que en realidad son una intelectualización. Las tetas son renacentistas, pero el culo es primitivo, neanderthaliano. Con su poder de atracción inequívoca, su convergencia invitadora, es un hit prehistórico. Despierta nuestro costado más bestial: el de acoplamiento en cuatro patas. Las tetas son un invento más reciente, son prosaicas. El culo, en cambio, es lírico, musical, cadencioso, indiscernible del meneo de caderas, del ritmo, la batida de la bossa que retrata a la garota que se aleja en Ipanema.
Porque el culo siempre se aleja, siempre se va yendo, invitando a que lo sigan. Se mueve en dirección contraria de las tetas que siempre vienen y por eso suelen ser alarmantes, amenazadoras, casi bélicas. Las tetas confrontan, el culo huye, es elegía de sí mismo, se va yendo como la vida misma y deja tristes a los hombres pensando qué cosa más linda, más llena de gracia aquella morena que viene y que pasa con dulce balance camino del mar.
Las mujeres argentinas tienen orto, las colombianas jopo, las brasileras bunda, las mexicanas bote, las peruanas tarro, las cubanas nevera o fambeco, las chilenas tienen poto. O mejor dicho, las chilenas NO tienen poto, según mis amigos trasandinos que se quejan de esa falta y quedan asombrados cuando viajan por latinoamerica. Yo mismo casi me encadeno a la muralla del Valuarte de San Francisco en el último Festival de Cartagena de Indias para no tener que volver y poder seguir admirando el desfile incesante de cartageneras o barranquilleras cuyos culos altaneros merecían no este breve artículo sino un tratado enciclopédico o un poemario como el Canto General.
De las cosas que hacen las mujeres por su culo, la que más ternura me da es cuando lo acercan a la estufa para calentarlo. No lo pueden evitar. Pasan frente a una chimenea o un radiador y acercan el culo, lo empollan un rato. El culo es la parte más fría de una mujer. Siempre sorprende al tacto esa temperatura, el frescor del cachete en el primer encuentro con la mano. Durante el abrazo, se puede llegar a los cachetes de dos maneras. Una es desde arriba, si la mujer tiene puesto un pantalón, pero es dificultoso y lo ajustado de la tela impide la maniobra y la palmada vital. La otra forma es desde abajo y eso es lo mejor, cuando se alcanza el culo levantando de a poco el vestido, por los muslos y de pronto se llega a esas órbitas gemelas, esa abundancia a manos llenas.En ese instante se siente que las manos no fueron hechas para ninguna otra cosa más que palpar esa felicidad, para sentir con todos los músculos del cuerpo la blandagravitación, el peso exacto de la redondez terrestre.
Se suele pensar que, en el sexo, la posición de perrito somete a la mujer. Pero hay que decir que abordar por detrás a una mujer de ancas poderosas puede ser todo lo contrario: es como acoplarse a una locomotora, como engancharse en la fuerza de la vida, hay que seguirla, no es fácil, uno queda subordinado a su energía, hay que trabajar, darle mucha bomba, carbón para la máquina. Es uno el que queda sometido a su gran expectativa, absorto, subyugado, vaciándose para siempre en la doble esfera viva de esa mantis religiosa.
Una vez vi un hombre de unos 45 años dando vueltas al parque, corriendo tras su "personal trainer". Lo curioso es que era una personal trainer y las calzas azules de esta profesora de gimnasia evidenciaban que tenía un doctorado en glúteos. Como el burro tras la zanahoria, el hombre corría tras ella sin pensar en nada más que ese seguimiento personal. No me sorprendería que a la media hora hubiera un grupo de corredores trotando detrás, en caravana. La música de los culos es la del flautista de Hamelin. Los hombres, con su legión de ratones, van tras ella hipnotizados.
Las mujeres saben aprovechar sus recursos. Yo trabajé en una empresa en el mismo piso que una argentina narigona (esas narigonas sexys) y con un "tremendo fambeco". Ella sabía que era su mejor ángulo y lo hacía valer, con unos pantalones ajustados que dejaban todo temblando. Era una de esas oficinas cuadradas, llenas de líneas rectas: el almanaque cuadriculado, la tabla rectangular del escritorio, la ventana, los estantes, las carpetas de archivos, Un lugar irrespirable de no ser por el culo de la arquitecta que a veces pasaba camino a tesorería o a la fotocopiadora, Su culo era lo único redondo en todo este edificio de oficinas. Lo único vivo yo creo. Nunca intenté nada (se decía que tenía un novio) pero en una época yo pensaba escribir una novela con los acoplamientos heroicos que imaginé con ella. Una novela que iba a titular, con un guiño a Greenaway, el culo de una arquitecta.
No escribí ni dos líneas de esa novela, pero sí algunos poemas que ella nunca leyó. Me acuerdo que la veía antes de verla, la intuía en un ritmo particular que tenía el sonido de sus pasos, un peso, un roce de la cara interna de sus muslos de falsa mulata. Cuando aparecía en el rabillo de mi ojo, ya sabía plenamente que se trataba de ella. Y pasaba y todo se detenía un instante, el memo, el mail, la voz en el teléfono, todo se curvaba de pronto, no habían más rectas, todo se ovalaba, se abombaba y el corazón del oficinista medio quedaba bailando. No exagero.
Además era plena crisis del 2002. Todo se derrumbaba, caían los ministros, malos presidentes, caía la economía, la moneda, la bolsa, caía el gran telón pintado del primer mundo, caía la moral, el ingreso per cápita, todo caía, salvo el culo de la arquitecta que parecía subir y subir, cada vez más vivaracho, más mordible, más esférico, más encabritado en su oscilación por los corredores, pasando en un meneo vanidoso que parecía ir diciendo no, mírame pero no, sígueme pero no, dedícame poemas pero no. Ojalá ella llegue a leer esto algún día y se entere del bien que me hizo durante esos dos años con sólo ser parte de mi día laborable pasando con tanta gracia frente al mono de mi hormona. Y ojalá se entere también que, cuando me echaron, lo único que lamenté fue dejar de verla desfilar por los pasillos respingando el durazno gigante de su culo soñado.

Por: Pedro Mairal, periodista y escritor argentino.
Del semanario: Hildebrandt en sus trece, Viernes 19 de Noviembre del 2010, Año 1 #31 página 24, Sección "Irreverencias".

viernes, 15 de junio de 2012

Viva la muerte

Principalmente solo,
nunca había tenido estos pensamientos de forma tan nítida.
Ahora cuando duermo,
se me empuja hasta la vigilia 
con el mismo sabor de la sangre salada 
de un escorbuto imaginario,
un deseo de la bala salvadora.



jueves, 14 de junio de 2012

No estas


Un rugido de lobo se escucha con eco en el fondo de mis costillas
Solo quiero ser a quien tú ames y no la ilusión.
Quiero alcanzarte en la vida normal que llevas
Y salir de la clandestinidad en la que me sitúa
el no contar con un alma azucarada.
Arrancarme las alas,
No ser un hibrido y poder caminar entre la gente
Como una persona común y corriente,
mis hermanos no me reconocen
Y duele más que las piedras que me arrojan
Tu no me tocas y vivo solo en tu memoria
como un avispero en las esquinas.