sábado, 2 de septiembre de 2023
Diario de un Estoico
sábado, 20 de mayo de 2023
Quiero follarte
Quiero follarte. Nunca te lo he dicho ni creo haberle dicho eso a nadie, es un sentimiento que va mas allá de mi razón. En el esmero de poseer la carne hay otro tiempo y es necesaria la paciencia como arma inexorable. Las mañanas son una coincidencia y recibimos la imagen de cada uno viniendo de casa. Tenemos cuarenta y cinco minutos para examinarnos e ignorarnos día tras día en el transporte público. La belleza es siniestra cuando le sumas la vanidad de poseerla.
Las imágenes de tu sometimiento son resplandecientes y poco definidas como para ser descritas, es algo que entra a escondidas en mi mente, un secuestro de la conciencia. En estos tiempos de mascarillas y protectores faciales las miradas y la fuerza que pueden transmitir se han vuelto muy importantes; la sensualidad y la fortaleza pueden expresarse sin palabras. Hoy una policía que comandaba el trafico dirigió su mirada con tamaña intensidad que pudo trasegar las mentes.
Intento mantener la calma ante el impulso de cometer el acto inapropiado de abordarte en tiempos de Covid. Para las personas con ese mameluco antibacterial de un color entero la importancia del vestir ha pasado a segundo plano; viven con miedo y sin ganas de aparearse. Todos hemos tenido por momentos la real certeza de que comparten nuestra curiosidad cuando entramos en el juego de las miradas.
Quiero follarte y despeinarte totalmente, no tener la paciencia que tengo cuando te veo en las mañanas ni tampoco el respeto para contemplarte, quiero perder el control y profanarte como una bestia salvaje, como un hombre que no ha salido en mucho tiempo de su celda. No quiero que imagines nada para que todo sea una sorpresa y puedas quedar en estado de gracia. El mundo al que te aferras es una privación del delirio.
Manantiales de sudor en un Buscama, ciento ochenta grados de reclinación. Es repentino pero sueño contigo mientras viajo, hemos conversado sobre la cura que esta en tus labios, sobre el estilo felino de tus botas, la minifalda negra y como lo inoportuno a veces cambia el mundo. Tu boca se unió a la mía y empezamos a envolvernos. Cayeron algunos cabellos en el forcejeo, un grito de bienvenida en tu vientre y todo se volvió infinito.
Desperté en un momento muy conveniente totalmente despojado de mi energía sexual, robada hace instantes por un súcubo de la localidad. Recordé todo, tus senos de copa de vino, tu gesto de sorpresa, tus ojos que no dudaba en retarme... miraba la ventana y las montañas nevadas como piel en un paisaje que se convertía kilometro a kilometro en ti. No se en que momento decidí prender la Tablet.
“Trabajemos juntos para superar la peor crisis de salud y económica del siglo. Así como confiamos en la buena voluntad de ustedes, tengan la confianza de que en el Gobierno estamos trabajando con honestidad, haciendo nuestro mejor esfuerzo, poniendo todo lo que tenemos al servicio de ustedes...”
El presidente Sagasti había mandando de nuevo a cuarentena y la población estaba harta de tanta contención social. El regreso a Lima era libre, sin trafico y tardo menos de lo que usualmente. Mis documentos me permitían transitar libremente y pude pedir un taxi vía aplicación cuando llegue al terminal. Las calles y avenidas seguían libres y muy poca gente circulaba sin paranoia.
La ciudad opto por dos pretextos que le acompañaran tiempo después de terminada la cuarentena y la vacunación masiva a la que fue obligada; la bicicleta y los perros. Ambos pretextos para desplazarse libremente ante la autoridad. La primera como medida vintage y saludable ante el creciente tráfico y el oportuno desarrollo de distintas ciclovías. El limeño perdía demasiado tiempo en los semáforos.
El perro sirvió para socializar, cada vez se humanizo más y se crearon grupos con gustos excéntrico que compartían su interés por remplazar a los hijos biológicos. Ya el fiel guardián se ha convertido en un insignificante rastro de ferocidad y mal carácter en un tamaño irrisorio. Pero a veces no hay ninguna razón para el animal o el ser humano que les obligue a volver a casa y compartían su sentir.
En cualquiera de los casos no coincidía contigo. No podía encontrar porque no sabia donde buscar, trataba de rastrear inútilmente cualquier posible dirección que me lleve a tu radio. El sol o la luna en mi búsqueda sin éxito observaban como regresaba solo con mi perro a visitar las calles sin miedo, a ver si estabas entre la gente que me iba encontrando. El perro guiaba porque me entendía sin ser hombre.
Quiero follarte y solo espero volver a verte cuando regrese a mi antiguo horario. Necesito darle un cuerpo al peligro y sucumbir a lo que en verdad es mi propia cacería; sé que la fuerza de mis pensamientos dará la forma necesaria al espacio tiempo para que aparezcas, solo quisiera que sea en la situación adecuada. Podamos tener un instante de sintonía y nos perdamos de todo lo demás.
Quisiera follarte porque me siento solo y no tengo a nadie que se de cuenta de ello. Se que es saludable aprovechar la energía sexual en labores físicas e intelectuales pero quiero tocarte y dejar en ti toda la potencia de mis angustias y mis rutinas de entrenamiento. Ya no quiero sublimar ni mantener la honorabilidad cuando el tiempo se me acaba y jamás sentí la pasión correspondida.
miércoles, 26 de abril de 2023
Paro Indefinido
De pronto el sonido de una radio en el cuarto principal a un volumen moderado irrumpe la calma, pocos instantes después alguien orinaba profusamente. Al mediodía la mujer llegaba ,de hacer el mercado y de atender la tienda de abarrotes que tenia en la entrada de la casa, dispuesta a preparar la comida. Sintió una presencia extraña y husmeo. El piso de tierra tenia varios escupitajos y el hombre aun permanecía en la cama a pesar de la hora. Leía un periódico y tomaba de una taza de café que ponía en la mesa de noche. Sintió indiferente la presencia de su mujer y ella hizo un gruñido leve que acaricio las paredes de una casa que se estaba acomodando.
martes, 28 de febrero de 2023
22 de Diciembre
jueves, 8 de septiembre de 2022
Cartas del Monte Fuji - Stickers
Querida Tsuru
Autodenominarse guerrero por afrontar consecuencias de
malas decisiones es un disparate. Los pequeños videos de vidas cautivadoras
enfocadas solamente en la exageración mundana son la influencia vigente para
alinear las mentes juveniles. El complejo de inferioridad se incrementó por
completo mediante el dominio de la tecnología. Todos los medios necesarios
están disponibles para esconder nuestros miedos ahora.
Se dicen las cosas de forma indirecta y necesitan todo
un espectáculo audiovisual que atraiga reacciones. Siempre desde la comodidad
de lo remoto y de un engreimiento sin reparo. El mundo espera la destrucción de
la humanidad como alternativa coherente a mi parecer. El egoísmo no confronta
la realidad con sus premisas y los hechos facticos son escondidos detrás del
gran imperio de los divulgadores.
La información inexacta y los placeres inmediatos nos
empujan a decidir sin conciencia, se cierra así el círculo necesario para
limitarnos. Las redes sociales construyen seres humanos descartables que
consagran sus vidas al entretenimiento más básico. Siempre es mejor tener miedo
y transmitirlo que salir. Las niñas piensan que sus cuerpos son herramientas de
atención y practican con los manuales que encuentran en línea.
Los medios refuerzan todos esos mensajes por repetición para que ocurra dentro de una lógica completamente programada. Ya no se expresan los sentimientos si hay stickers que ahorren la verbalización. La sensación de pertenencia ha pasado de moda y todos quieren ser diferentes y únicos, la extravagancia pesa más que los modales. La oscuridad se ha hecho responsable de la educación con el consentimiento de sus progenitores y la complicidad de los mandatarios.
No puedo soportarlo, no quiero ver a mis nietos perdidos en ese espacio irreal actuando como idiotas imitando alguna tendencia nueva. Ya estoy muy viejo para cambiar y dejar de valorar la vida como la conocí contigo, de tu mano Tsuru. Solo nos importaba estar lejos de nuestros padres y poder alcanzar la puesta de sol para besarnos, siempre quise estar contigo cada día desde que te fuiste. Seguí adelante pero ya estoy cansado y deseo estar de nuevo contigo, porque solo contigo encontraba paz. Te veo pronto amor mío.
Tu amado
esposo
Susumu
miércoles, 7 de septiembre de 2022
Gatita
El día de mi boda conversé con mi suegra
ya avanzado de copas; ella también se encontraba extasiada por el champagne y
sonreía gustosa tras cada sorbo. Me confesó con total soltura que todas sus
hijas eran neuróticas como ella, que los problemas no resueltos con los
padres transmutan en la mente como fantasmas y se encargan de atormentar cada
paso. Ya había recibido en algunas
oportunidades alguna amenaza o injuria de su parte, presa de la ira por la
irresponsabilidad de su hija conmigo. No me sorprendió y asentí sonriendo.
Los patrones de conducta son heredados y
reforzados por la convivencia; es en la construcción de esquemas mentales
defectuosos e improvisados que queda todo el estilo del progenitor, se repiten
los errores obedeciendo mensajes negativos ancestrales. Ya sabía que había algo
malo con mi esposa antes de casarme pero no pensé que la aclaración de la madre
tendría una relevancia tan grande pocos años después de la ceremonia. Lo tome
como una metáfora muy elegante de las peleas cotidianas.
Durante el primer año la vida conyugal
tenía el sentido de hacer el amor; cumplir con la rutina laboral y de
abastecimiento para llegar al lecho y consumar el acto. No sentía que cometía
abuso aunque algunas veces utilice la fuerza como afrodisiaco sometiendo y
estimulando a la vez. Siempre practique el juego del verdugo cumpliendo así mis
objetivos de darle ambos caminos; la perversión y el amor de la misma fuente,
manejado todo con dulce comprensión y férrea disciplina.
Las prácticas fueron cada vez más
exigentes y prometimos no limitar esas sensaciones ni romper nuestro lazo
matrimonial. Nadie se iría con nadie, eso estaba claro. Ella sugirió la
presencia de un collar que su mama le había dado, algo que me pareció
inofensivo así que accedí sin ningún reparo a que lo llevara cuando tuviésemos
nuestros encuentros. Nunca confirme en que momento comenzó a funcionar pues me
negaba a conectar la evidencia y solo disfrutaba de la exuberancia floreciente.
Se volvió entonces una sensación de no
poder contener el placer y desbordarse alimentando su ego con el mismo juego
que conocía, solo habían cambiado los roles. Las cosas habían comenzado de
forma muy emocionante pero poco a poco las largas jornadas amorosas dejaban un
agotamiento evidente por lo que empecé a recibir ayudas de suplementos y
comidas que me preparaba mi esposa, muchas con una apariencia ordinaria que no
hacían levantar ninguna sospecha.
Siempre pensé que todo en mi casa
funcionaban de forma armoniosa y que estábamos bien con Dios pero se mantenía
un ambiente de continua tensión hasta el momento en que nuevamente
concretábamos el acto sexual. El desparpajo y las ansias generadas por una
sensación de dominio sobre el otro hacían que las palabras más incisivas
aparezcan desafiantes e insolentes a modo de combustible destructivo para un
sexo cada mes más vehemente.
Reconozco haberle pegado y disfrutado al
ver su respuesta, su sonrisa malévola reclamando un castigo más severo mientras
mantenía mis envestidas. He gozado alimentando esa bestia caustica en la que se
transformaba y que me pedía traspasar los límites de mi ética. Los insultos y
las burlas no se detuvieron sino que se agudizaron atacando mi honor y mi
autoestima. Ya no era un juego sino que había surgido una necesidad de
lastimarme psicológicamente para tener un sexo más violento, casi criminal.
Una de las cosas adicionales que me
hicieron sospechar fueron algunos objetos que encontré bajo la cama. Unos
santos, un cuchillo, cigarros, ron… Sabía que no tomaba ni fumaba. Solo había
visto en películas lo que estaba ocurriendo en mi propia casa. El mal carácter
de mi mujer y su visión tan apocalíptica no se debía únicamente a esos
problemas sin resolver sino también a una influencia pagana y a una activa
participación en los protocolos correspondientes de sus prácticas.
Cuando me di cuenta del hecho de que
alguna especie de ritual o de celebración estaba ocurriendo, confronté a mi
esposa con autoridad y firmeza sin embargo no sabría cómo explicar lo que me
ocurrió o el tipo de amenaza que recibí ante ello. Incluso el medio usado es
algo que en la visión natural y lógica de las cosas no ocurre, los sueños no
son más que representaciones de nuestra vida consciente no vehículos de
mensajes o de presencias siniestras. Es difícil no volverse loco.
Es más difícil en donde me encuentro, sin
alguna otra vida que no sea la mía. Sin tiempo ni espacio. La puerta de salida
es una entrada cuando uno la cruza, como si la misma casa estuviese conectada a
su saliente. No puedo evitar disculparme conmigo mismo a veces por no cumplir
el capricho de una mujer intensa, estuviese libre y fuera de esta casa que se
convirtió en mi arcano, casa que es la mía; donde yo me acostaba con ella y
donde ansiaba llegar después del trabajo.
Donde tuve momentos de ternura y pude
descansar con alguien, donde había una mujer que me atendía. Extraño mucho eso
ahora que estoy solo sin los días y las noches ¿Habrá sido todo un juego egoísta
lleno de sadomasoquismo o en verdad quería que la mate? ¿Era ese el desenlace
de un extraño ritual que se estaba llevando a cabo o era yo el que iba a ser sacrificado? Tengo mucho tiempo para pensarlo mientras bebo mi café. Al menos
tuvo esa consideración... Gracias Gatita.
miércoles, 15 de junio de 2022
Hapiness (1998) Todd Solondz
“…cause i'm champagne, and you're shit. Until the day you die, you, not me, will always be shit”.
Entiendo el dolor de la primera escena. También he estado sentado con una mujer que tenía como única intención manifestar una ruptura entre nosotros después de una corta temporada de romance y complicidad. Era irónico que la escena se mostraba muy exagerada pero a la vez realista. Es difícil actuar de forma certera mientras estás siendo rechazado. La experiencia nos advierte cuando una relación está yendo a la deriva y no tiene ninguna esperanza pero igual mucha gente se enamora, mucha gente toma malas decisiones y no logra adaptarse. Son varias personas las que se encuentran en situaciones difíciles o de transición y cometerán muchas cosas desagradables; nadie en la actualidad está preparado para ver lo cotidiano expuesto con ese cinismo tan normal del destino. Dos personas gordas bailan en un bar disfrutando de la compañía y del calor del otro, es en ese instante en que la felicidad puede tocarse, sentirse, se vuelve algo real y no solo un anhelo. Es por eso que es tan pasajera porque no es propia de la vida ni de sus rutinas. La escena de amor es espontánea y tradicional, es algo que rompe la calma y que produce un impacto casi mágico que no lograra apaciguarse hasta que logre ser, la calma con la que se narra reduce algo perverso a neutral. Un padre logra amar a sus hijos a pesar de ser un monstruo, una canción mala es compuesta por una cantante mala que trabaja en un call center sin dirección en la vida, una escritora frívola desprecia a alguien que la adora a escondidas, un matrimonio que ha fracasado mantiene las apariencias, un hombre muere solo en casa y nadie le acuerda en el trabajo, las cosas son difíciles cuando te quedas soltera de vieja…La felicidad es fugaz para todos, siempre hay que aprovecharla.