domingo, 4 de abril de 2010

NOCHE

Me ordeno y salgo. ¿Dónde estoy? ¿Qué día es? ¿Cuál es mi dirección? Ya lo recuerdo todo y lo almaceno bien en mi cabeza. Ahora a recordar donde queda el lugar donde quiero ir. Es fácil, es un lugar que he frecuentado hace unos años. Donde también hallaré lo mismo que tiempo atrás solo que con diferentes atributos. Con diferentes sentimientos, también con diferente ropa y apariencia. Pero por dentro la misma apatía y desconsideración por el mundo. Las mismas ganas de morir de forma repentina para así dejar de preocupar a mi familia y dejar de darme cuenta que todo esto es absurdo.
Algunas cosas me quedan para agarrarme fuerte de la vida; son la amistad, el sexo y el amor, las cuales a veces aparecen en simultáneo en el mismo ser humano. A veces están separadas y tanto que nunca se cruzaran siquiera. En mi caso para el día de hoy es la cohesión de dos de estas en Margaret. Ella es mi amiga y también tenemos relaciones. Lo hace muy bien pero no es para lo único que es buena. También sabe escuchar y conversar además de compartir, de una forma más tenue, la apatía y la falta de esperanza en encontrar una vida plena en todos los sentidos. Ya antes hemos tenido un par de encuentros furtivos en los que me permitió explorar en ella y en su excitación. En los que ella también me dejo un grato recuerdo de verla devorarme el miembro mientras acariciaba su cabello ondeado con una mano y su clítoris con la otra. Fue un lindo episodio pero no tuvo un buen desenlace ya que mi inexperiencia me hizo ser impaciente y fastidiarlo todo. Paso mucho tiempo antes que ella volviera a salir conmigo y en ese tiempo tuve un par de novias con las que contra todos los pronósticos dure bastante tiempo. Pero ambas relaciones terminaron con ellas llorando. Los errores que no aprendes a enmendar con el tiempo poco a poco se convertirán en bultos imaginarios que no te dejaran nunca emprender vuelo hacia la última interpretación de esta vida. Sigue mi consejo, no hagas las mismas huevadas.
Ahora solo y sin compromisos tengo que buscarme el sexo, así como el pan de cada día, con esfuerzo y con sacrificio. Muchas veces la inversión de dinero y de palabreo solo basta para besos respetuosos y caricias ligeras sin dejar posibilidad de concretar el acto en una sola noche. Muchas veces no alcanza ni para eso y solo tienes que pensar en pasarla bien ingiriendo algún trago o fumando algo para que todo se transforme a medida que la sangre se va contaminando poco a poco. Total, todo puede pasar dentro de la noche. Pero algunas veces se folla y esas veces le dan mucho sentido a la vida. Esas noches citadinas en las que no hay naturaleza ni siquiera en la manera de aparearse, donde la convicción en un momento parece ser capaz de cambiarlo todo a tu favor; se logra follar y se hace de forma alocada. Se estruja a la hembra contra alguna superficie plana ya sea horizontal o verticalmente, en un baño, en un carro, en una casa ajena, en un techo, en una calle, en un cuarto de hotel o donde se pueda dar. Se le agarra bruscamente porque la situación lo amerita y se siente como poco a poco a medida que piensas en lo que estás haciendo “vale la pena estar vivo”. Vale la pena estar dentro de alguien que hace unas horas ni siquiera habías oído su nombre y que ahora está que gime y se entrega para que gastes toda tu fuerza y tu imaginación en ella. Lo malo de esta sensación es que es efímera y la realidad es más fuerte que lo onírico así que prontamente cae el velo gris a mi ciudad y las cosas vuelven a su estado patético. Pero, ¿que importa por una noche sentirse feliz? Importa mucho más de lo que imaginas.
Ya llegue al cruce de las avenidas donde vendrá Margaret y quedan unos minutos para mirar a las personas. Mantengo interés en los demás seres humanos aunque también debe ser algo de morbo. Aun queda un poco de tiempo y yo siga pensando en que hacerle a Margaret cuando la tenga en una habitación de hotel. Sonó el cel. ¿Qué paso?, no me digas, ¿y porque no me avisaste? yo ya estoy aquí, te pasas… ¿y ahora que voy a hacer? Bueno, ya, chau concha tu madre. La hija de puta de Margaret me había plantado de la más miserable de las maneras.
Me había hecho creer que me dejaría poseerla si salíamos antes a ver una película y comer unos helados. Me había hecho fantasear con ella y sugerirle ropa adecuada para excitar más mi lujuria y había permitido mi osadía pero ahora me ha traicionado. Encima ya había antes salido con ella y había hecho gasto de tiempo y dinero pensando que era todo una inversión inteligente que brindaría prontamente su húmedo fruto. Bueno, bueno. Como es una amiga tendré que perdonar a la muy mierda.
Me sumerjo en una caminata relajada por la avenida que era lugar de encuentro para la cita cancelada. Un cigarrillo, después de todo, que mierda importa que ella no venga si yo puedo hacer mi noche. Yo puedo fingir un rato que soy apasionado, que vivo con fortaleza y lucho por lo que quiero. Todo eso poniendo de pretexto a una mujer. Un polvo. Enamorarme instantáneamente de la primera posibilidad hasta lograr convencerla de irse conmigo a la cama. O sino llamar. Llamar de mi celular a la gente que vivía dentro de él. ¿Dónde estás?...
La calle y el teléfono no se llevan bien esa noche y a medida que esquivo el ganado metálico y las criaturas que transportan en sus cuerpos botahumo, se me van escabullendo las personas que llamo. Nadie está disponible y estoy cambiado y perfumado con un par de billetes grandes en mi bolsillo y cinco lucas en la media. Nadie quiere saber de mí ni de lo que me vaya a pasar durante la noche. Si le doy la inversa al sentimiento de rechazo lograré obtener la sensación de libertad que solo tienen los hombres de la cárcel y los que ya han muerto para sus hijos. Libertad de hacer lo que quiera y de poder morir en el transcurso de mi día. Era totalmente personal mi tiempo y ni un hijo o una madre o una esposa esperaban por mí. Mi mascota se quedaría con mi hermana y ella vendría a recogerla y la alimentaria. Puedo hacer lo que quiera.
Tengo sed y una mujer madura que vende remordimiento con sus productos en la calle es la opción que elijo para comenzar a gastar dinero. Una botella de cola inglesa mientras llego a los lugares que frecuentan las personas solteras y fiesteras. Una mirada a las chicas de la puerta y alguna se me antoja desnuda acariciandome con su lengua. Una visión de todas las luces inquietando mis sentidos atraviesa por la hora exacta de mí caminar. Era gente bailando y sonriendo entre sí. Mucha bulla y humo de cigarro. Estaban algunas bailando entre ellas, tratando de llamar la atención con sus pantalones ajustados y sus negativas a los que se acercaban. Inalcanzables dentro de la misma sala, sin ninguna barrera o impedimento para poder tocarlas o hablarles. Simplemente no querían conocer a nadie. Lo único a lo que habían venido era a que las vean bailar. Que se vayan a la mierda.
Doy vueltas por el lugar con un vaso de limonada frozen ya que es mejor no tomar nada de alcohol hasta que tenga la atención de mi presa. Pero ninguna de las chicas que cruzaron miradas conmigo está disponible. Ninguna de estas mujeres se ha dado cuenta que estoy compitiendo con los otros hombres del lugar por una de ellas. Mejor me voy porque aquí presiento que no conseguiré nada.
-Hola Gonzalo. ¿Cómo estás? ¿Ya te vas? Déjame presentarte a Luz y a Rosa.
Era mi amigo Chiapas que venía con dos chicas él solo. Venía cuando yo me estaba yendo. ¿Por qué te ibas? Me dijo Rosa, que era la que elegí para conversar en la mesa. No era la más atractiva pero con Luz no puedo tener oportunidad. Es muy linda para mí. Mierda, ¿por qué me siento menos? Bueno eso es algo que arreglaré en otro momento ahora debo susurrarle a Rosa cosas convincentes mientras toma su cerveza para poderla ver con las piernas abiertas y su vestido levantado sobre cualquier cama de hotel. ¿Qué estas pensando? Nada Rosa. ¿A qué te dedicas? Risas y bailes, conversaciones triviales y cerveza entre humo de cigarro. De pronto a Chiapas se le ocurrió la maldita idea de sacar a bailar a Rosa mientras yo fui al baño. Al regresar la mesa estaba con una sola persona y sostenía vasos y un par de jarras de un líquido amarillo espumoso que esclaviza muchas personas trabajadoras. Mire a la pista de baile y el hijo de puta de Chiapas estaba bailando con Rosa mientras ambos reían. Camine hacia mi sitio pero ya que él me había quitado a mi chica yo le quitare a la suya. Me senté en el sitio de Chiapas al costado de Luz y no tuve miedo. Amenamente empecé con los datos de filiación y luego fui imprudente y travieso en la conversación. Ella reía y las luces hacían que la escarcha que se había puesto en su maquillaje libere brillos espectaculares que armonizaban con su sonrisa y me llevaban a un lugar mejor. Tuve una erección pero podía disimularla porque estaba sentado. Vamos a bailar, me dijo. Puta madre se va a dar cuenta que la traigo dura. Baile torpemente como suelo hacerlo siempre ya que esa no es una cualidad que se me pueda señalar y ella hacia bien lo suyo. De pronto se dio vuelta y decidió bailar pegándome su culo, lo siento de inmediato y tuve miedo pero me lo trague con saliva. Vi su rostro sorprendido pero no tuvo una actitud de enojo. La música sonó mucho más fuerte a medida que ella continuaba sobándose contra mí, la vida se puso linda cuando me acerque a ella más y más, calcándole mi miembro en su pantalón, olí su pelo ondeado y cogí su cintura, no había nadie que la estuviera pasando mejor que yo, no había nadie que no sea reemplazable. Chiapas me miraba y podía ver en sus ojos como me estaba maldiciendo. Le sonreí.
Termino la canción y volvimos a la mesa, Seguimos conversando y yo seguí mirándola a los ojos. Ya había pasado algo, ya estaba acordado que iba a acostarse conmigo, era algo tácito que ambos sabíamos. La noche continua con algunas cervezas y bailecitos más que me dieron más confianza con ella, nunca deje de tenerla de la cintura y ella no saco mi mano ni una sola vez. Ya estaba hecho.
Paso casi dos horas desde que conocí a Luz y Rosa, Chiapas que ya resignado había hecho beber a Rosa suficiente cerveza como para causarle 3 viajes al baño, dijo que nos vayamos a su casa a seguirla. El vivía en mi vecindario y había traído su carro, no podía ser mejor. En su casa solo vivían él y su papa y había dos cuartos que estaban libres pertenecientes a sus hermanos que ya habían emigrado. Vámonos Chiapas.
Por la carretera en la vía expresa a mucha velocidad, la noche me regalaba belleza en su cielo de astros inalcanzables y en la sensación de riesgo que te da el saber que quien conduce ha tomado varias cervezas, mirándola a los ojos la bese sumergiendo mi lengua en su boca, Sing it back de Moloko, su boca y mis manos traviesas me conectaron con el Tao, las fuerzas indomables de la vida y la muerte no tuvieron ningún inconveniente en mostrarme la calidad de lo que me habían dado, la apatía desapareció y todo tuvo sentido para mí, yo estaba aquí para penetrarte Luz, yo había nacido para esto y tenía que morir pronto para que el tiempo y su nieve invisible no enfríen mi esperanza.
En casa de Chiapas todo ocurrió rápido y sin consenso, subí inmediatamente por las escaleras y cerré la puerta suavemente mirando la madera de la que estaba hecha, las marcas de polillas y sus larvas silenciosas que crecían dentro de ella. Volteé y me miraba sentada al filo de la cama, me acerque y ella temblaba, olía a perfume y su boca estaba libre de aliento a licor; ella no tomo ni una gota en toda la noche, nunca toma me dijo. La toque toda mientras la besaba, le alze la falda y descubrí el rojo de sus interiores, que piernas tan bellas y suaves, que nalgas y que rostro el que me regalaba. Mi lengua fue un tren loco que iba sin rumbo fijo abriéndose paso en cada rincón de su cuerpoe, ella se estremecía y se excitaba de la manera más divina que puedan imaginar, me alentaba a seguir descubriendo las coordenadas exactas de su locura y la noche me guiaba a encontrar la luna llena que se escondía dentro de ella. Busca alguien y hazle el amor ahora.
Bajé su trusa y puse mi mano en su sexo húmedo mientras mi vida entera paso por mis ojos, Recorrí su vello púbico y me desnude para ella, estaba listo para poseerla y ella para recibirme. Al unisonó, mientras nuestras bocas se juntaban nuestros sexos se unían y escalaban el Monte de Venus, las respiraciones se sincronizaban y ella hundía sus uñas en mi espalda lo que me hacía ser más violento en mis envestidas, los gemidos se volvieron nítidos y mi nombre fue pronunciado dulcemente, estábamos cerca de explotar y ella decidió cambiar de posición, ahora quería llevar el control y se puso encima de mí, se movía como bailando, presenciaba a un ser ido, actuando instintivamente, aprovechando cada centímetro mío para sacarle el placer que ella ansiosamente necesitaba, veía a una mujer ser más mujer que nunca y no tenía piedad conmigo en su búsqueda personal. Si Luz, sigue, unas palmadas en sus nalgas para que lo haga más fuerte, para forzarla a una mayor exigencia, un mayor gasto de energía, Sigue Luz, más fuerte...Tú puedes. Ella ya no era una mujer sino un demonio vicioso que no podía detenerse sin obtener el orgasmo que con sudor se había ganado, ya casi.
La explosión en mi fue una sacudida fuerte en mi espina y para ella coincidentemente la llegada a la meta anhelada, plumas de todos los colores poblaron mi cabeza y se fue acercando un ángel inmenso para darme su amistad con un apretón de manos, me llevo por la ciudad de noche y vi como el gris característico se había esfumado, vi como dormían las pistas y unos pocos autos competían entre sí para no ser alcanzados por el alba, los edificios y las casas estaban tranquilas y protegían con calor de madre a los que las moraban, en el fondo una línea de luz anaranjada daba la bienvenida a un nuevo día que ya había nacido pero que recién iba a ser visto por todos nosotros. El ángel me dijo que teníamos que regresar, la vida es como tú la quieras mirar Gonzalo...¿Gonzalo? ¡Gonzalo¡… Buenos días Luz.

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