martes, 16 de julio de 2013

Cartas del Monte Fuji


Amada Nayoko

Ahora que se que nunca me quisiste y no pudiste serme fiel, como así me lo temía, vengo aquí a la montaña a dejarme llevar por el tiempo. No podré resistir con el recuerdo de tus labios en otra boca, de tu cuerpo en otras manos y de tu lecho compartido con otro hombre; así que pondré fin a mi vida. Ya era muy duro soportar el peso de tus anteriores amantes y de tus antiguas costumbres como para resistir ahora una deshonra más. Antes de tomar una decisión pedí consejo a la Sra. Chihiro sobre mi futuro y me dijo que tendría que olvidar ciertas cosas demostrando mi madurez pero si ser maduro significa que no me importe lo que ha pasado entonces decido morir y no madurar más; ni ponerme en tu camino o el de nadie. Adiós Nayoko, muero amándote y llevándome este dolor lejos de ti para que puedas continuar con tu vida.

Kichi





Hitomi

Tu sabías que no voy  estar por siempre, también sabes que me da asco la elección que has tomado y que para mí es como un sueño de la cogorza más fatal. Aunque sea tu padre no soporto tú pasividad y tu indiferencia hacia la vida que yo preparé para ti. La carrera, el trabajo y la familia que esperaba tuvieses ha sido cambiada por algo que no comparto ni compartiré jamás. Has hecho que me avergüence de ti y de mi mismo con tu decisión de ser bailarín. Nosotros provenimos de una familia de tradiciones muy arraigadas y seré la vergüenza de tus abuelos y de tus tíos cuando ellos sepan. No lo soportaré, lo sé. Así como también sé que te causaré muchas molestias si me quedo contigo. Al menos he tratado de brindarte la mejor madre del mundo; que sé no te dejará de apoyar. Por favor cuida mucho de ella y envíale mis disculpas por la decisión que he tomado.

Otoosan.




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