sábado, 26 de marzo de 2016

Fate, up against your will

https://www.youtube.com/watch?v=LWz0JC7afNQ

Mal poeta enamorado de la luna,
no tuvo más fortuna que el espanto;
y fue suficiente pues como no era un santo
sabía que la vida es riesgo o abstinencia,
que toda gran ambición es gran demencia
y que el más sórdido horror tiene su encanto.
Vivió para vivir que es ver la muerte
como algo cotidiano a la que apostamos
un cuerpo espléndido o toda nuestra suerte.
Supo que lo mejor es aquello que dejamos
-precisamente porque nos marchamos-.
Todo lo cotidiano resulta aborrecible,
sólo hay un lugar para vivir, el imposible.
Conoció la prisión, el ostracismo,
el exilio, las múltiples ofensas
típicas de la vileza humana;
pero siempre lo escoltí cierto estoicismo
que le ayudó a caminar por cuerdas tensas
o a disfrutar del esplendor de la mañana.
Y cuando ya se bamboleaba surgía una ventana
por la cual se lanzaba al infinito.
No quiso ceremonia, discurso, duelo o grito,
ni un túmulo de arena donde reposase el esqueleto
(ni después de muerto quiso vivir quieto).
Ordenó que sus cenizas fueran lanzadas al mar
donde habrán de fluir constantemente.
No ha perdido la costumbre de soñar:
espera que en sus aguas se zambulla algún adolescente.





Autoepitafio de Reinaldo Arenas, Nueva York, 1989

sábado, 19 de marzo de 2016

Cardio

El soplo que tengo no es mortal
Es solo una burbuja del pasado
Que formará una ola escarlata
Dentro de mi caudal sanguíneo,
Una leve tormenta
Mientras recuerdo lo que teníamos.
La indiferencia del ídolo
Ante la fe del creyente
Se repasa en cada amor no correspondido
Y el pequeño ritmo cardiaco
Apenas se oye retumbar
Cuando esta cercado por el miedo,
Y asi el amor cae poco a poco en una gran área de coral
Perdido entre hipocampos y restos de naufragio.


Después

Después de quedarme sin ti
Todas las flores murieron
Y el color de mis ojos se disolvió en el mar.
Tú eres el río
Que me llevaba a la libertad
Y ahora solo soy viento.

viernes, 11 de marzo de 2016

Profiteroles

Dejar un gran vació en mi vida
ha sido la función de muchos seres queridos,
un pesado abismo 
que solo se llena con la caída libre de mis hojas secas
y del parloteo incesante de algunos silencios amigos
en los que guardo un poco de mi azúcar.
Estar desconcertado con lo que últimamente 
tengo mas tiempo para lidiar
y el esfuerzo por ser correspondido
no es más que una falta de madurez.
Aceptar el gran peso impoluto
de lo que me toca por desvío 
y someterme a la velocidad de mi aurora boreal
en la que ya tengo una fecha de partida, 
es la gran filosofía de la vida. 
Aceptar que solo estoy de paso
y que en algún momento se acabaron 
los profiteroles de la bandeja divina. 
Te llevaste un poco de mi vida en tu orgullo
y en tus risas de dientes perfectos
me abandoné por completo
a la vanidad imperfecta de soñar que te tenía.



miércoles, 2 de marzo de 2016

Naúfrago

¿Qué te hace ser un hombre?
¿Respirar?¿extrañar?¿reír?
La peor de las condenas es el olvido
en un paraíso solitario de sol de verano.
Mientras mi corazón abriga sentimientos nobles
me voy volviendo una humareda desestimada
en las mentes de las personas conocidas.
Las nubes que mantengo no fijan un rumbo
ni convierten el agua en vino
solamente alargan mis nudos en un océano
que no me considera como parte de si.
La ventana de mi cuarto tiene una vista al vacío
y mi única protección contra el tedio
son fotografías que me hacen recordar
que algunas vez me amaron de verdad.
Después que cae la noche,
las alternativas del vicio abren los brazos
y trastabillo con sus cantos de sirena,
la peor de las brújulas es la nostalgia.
El ruido del mar me acaricia
y da tantas ventajas a la ilusión de paz,
de estar de nuevo con mi familia
en donde tuvo que pasar una generación
para sentirme parte.
Mientras la ayuda llega
pintaré en el lienzo de mi mente
una bonita fantasía de tener a alguien,
de pertenecer también a un futuro con altibajos
con la última mujer con la que baile,
tener una suegra imprudente
y una niña que llora cuando me voy al trabajo.










domingo, 28 de febrero de 2016

Japón 1999

Audition(1999) es el debut como director de Takashi Miike , director japonés, quien dirigiría tiempo después Ichi the killer (2001), cinta con la que le pude conocer. 
Algunas películas son incomodas para algunos espectadores y reclaman con rudeza la tolerancia y la cordura para poder apreciar al detalle cada uno de sus escalofriantes escenas y por supuesto muchos no lo pueden resistir. Es muy fácil huir de este tipo de obras cuando se tiene desde un inicio la certeza de que lo bizarro será algo común y rutinario, sin embargo lograr la comodidad envolviéndonos en una casi obsesión mágica por acompañar a  Aoyama en su búsqueda tierna de esposa, búsqueda que le condena a un desenlace desprovisto de piedad y de mal interpretaciones. La mayoría comprendemos en especial las mujeres, el poder inquietante del boicot psicológico, de la confusión emocional que puede hacer que nos domine lo visceral dejando por completo la prudencia y el sosiego. Amar es como estar enfermo a voluntad. 
La trama aquí se distribuye en partes muy dispareja entre los momentos perturbadores y la calma narrativa. Pero hay algo que inquieta e incómoda relacionando algunas imágenes con la parte más oscura del pensamiento y mostrándolas en el momento exacto en que más vulnerables nos encontramos, presos de la contemplación del surgimiento de un amor insano. Las fantasías, las alucinaciones y los falsos recuerdos son solo un momento estático en el que el tiempo transcurre fuera de los límites de lo real. El deber de un buen director es tenderle una trampa al espectador y conectarlo a tal punto de querer seguir viendo lo que nos va a perturbar, llegamos sin saber a encontrarnos con el diablo pero no nos queremos ir todavía, queremos ver lo que puede hacer. El dolor purifica y libera a los argumentos de complicidad y de promesas de amor dependiente, dándole paso a la sonrisa macabra que disfruta de hacer sufrir al otro. ¿Me amarás solamente a mi?


lunes, 8 de febrero de 2016

Troy

Ya habíamos cumplido 17 meses conviviendo, casi año y medio, y a estas alturas el sexo era ya monótono, las peleas frecuentes y varias veces había preferido quedarme a dormir en un hostal solo que volver a la casa. Cuando empezamos la relación nunca pensamos que así seria, y si lo pensamos nunca creímos que llegaría a tanto,  ahora entiendo lo que decía mi padre, ahora sé porque no se alegró cuando le dije que me mudaría con ella.
Como solución pensamos que lo mejor sería ser tres. No un bebe, no en esas condiciones; quien vendría a solucionar todos nuestros problemas seria Troy, un perrito lanudo, blanquito con manchas negras. Nunca supe que raza era, solo que tenía una misión que iba más allá de su propia naturaleza y que algo teníamos que intentar.
Al inicio fue genial, como todo lo es al comenzar, lo bañábamos juntos, lo llevamos a todos lados, le comprábamos juguetes y la comida más cara para que este feliz. Incluso nos quedábamos mirándole comer y hasta cuando cagaba nos daba risa. Ni hablar de cuantas veces fue testigo de una pasión que parecía resurgir. Troy hacia su trabajo y nosotros lo amábamos y nos amábamos por él.  Incluso comenzamos a pensar que sería aún mejor si Troy fuera un bebe, un bebe humano. La idea era tan cercana que dejamos de cuidarnos para ver si algo sucedía.
Troy de cachorro era encantador, pero la naturaleza es dinámica y sabia, así que empezó a crecer y su mierda ya no daba risa, sus gruñidos  se convirtieron en ladridos y su encanto se convirtió en martirio, la pelea ya no era por quien lo cargaba sino por quien lo sacaba. Se dice que un perro es como su dueño y Troy era un espejo de nosotros, de nuestras iras y malestares, del estrés y la tensión de nuestra relación y al vernos reflejados en él comenzamos a odiarlo aún más que a nosotros mismos, era escuchar en cada ladrido nuestros gritos y su mierda tenía la expresión de nuestras caras cuando nos peleábamos.
Recuerdo un feriado largo de semana santa, habíamos visto Ben Hur  ya dos veces, ella era apegada a las reglas cuando le convenía y por ser santa la semana no podíamos tener sexo. Habíamos sacado a pasear a Troy y el feriado nos había apaciguado al punto que parecíamos felices. De regreso compramos un pollo a la brasa que dejamos encima de la cocina y al volver de una ducha el perro se había comido el pollo. La verdad ni siquiera lo había comido, solo lo tiro al piso y se había cagado encima. Para mí fue algo más allá de una simple travesura canina, el perro se había cagado encima de nosotros, de nuestra felicidad, de nuestro futuro. Ella lo sintió peor al punto que cogió la tetera llena de agua hirviendo y se la tiro encima.
Los días siguientes era más agónico que nunca, los lamentos, el llanto, la mierda de Troy. Así que ideamos algo, lo mataríamos; pero no podíamos decirlo, nos tomarían por locos, por enfermos pero lo teníamos que hacer. Lo ahogamos en un balde grande y en cuanto terminamos ella me culpo, lloro y no dejo de golpearme hasta que la tumbé en el suelo del patio y tuvimos el mejor sexo que habíamos tenido desde que nos conocimos. Nos revolcamos en el patio tumbando el balde lleno de agua y pelos  junto al cuerpo de Troy que curiosamente tenía un gesto de sonrisa. Ahí quedó embarazada de nuestro primer hijo cuyo segundo nombre es Troy.    
                      
Juan Peres



El anterior relato ha sido escrito por un amigo de Gonzalo Gozza.