lunes, 21 de octubre de 2013

Jingle Dell putting one big cockroach on his anus



Acabo de ver Wild at Heart de David Lynch. Nicolas Cague como Sailor vive un romance con Laura Dern, la de Jurassic Park Yo soy Sam. Nunca la había visto tan bella. Diane Ladd, que hace de la madre de Lula que es el personaje de Dern, quien no soporta el amor por Sailor ya que este sabe un secreto oscuro que se revelará poco a poco. Harry Dean correctísimo y siempre verosímil. William Dafoe hace un papel corto pero nunca se le vio tan grotesco y bizarro ni tampoco había volado su cabeza en pedazos tan armónicamente como ahora. El perdedor como antihéroe y la tradición gringa de ir por la carretera con la hembra; fumando cigarro tras cigarro. 
Muertes explicitas, como la del comienzo a un negro (para variar) que quiere atacar a Sailor con un cuchillo. Golpes secos y una cabeza reventada contra el piso. El sexo como la única alternativa para comunicar lo que las palabras y la ternura no pueden traducirle al amor. La traición y las malas compañías que también son malas decisiones. Elvis Presley, Speed metal, Chris Isaack, Rockabilly, tomas distorsionadas como si la droga hiciera su efecto justo en la carasa de Nicolas Cague, la bruja mala que no es más que la propia madre tratando de hacer vivir lo que ellas consideran correcto para uno, muerte y más muerte, mujeres obesas en ropa interior, gansters y perras, asesinos que matan y follan excéntricamente. Una vida es una moneda de plata, ni más ni menos. Amor que no se entiende por qué nadie confía en nadie cuando se dicen que se aman y se extrañan. Más cigarrillos, más gente asquerosamente mala y el amor principal que quiere ganarle al olor a vomito. Bobby Peru; como mi país pero sin tilde. Say fuck me. Then I'll leave, tetas chicas, tetas grandes, el sur de estados unidos y un perro que se asegura una cena con una mano recién mutilada. Un niño que ha olido humo de cigarro desde el vientre y no paso nada con su salud. Elvis Presley de nuevo, love me tender. Me hiciste más freak y te lo agradezco David Lynch. Don't turn away from love. 

martes, 15 de octubre de 2013

La Pura Verdad

Que te perdí y en tu lejanía tu ni cuenta te das
de como las hojas solo caen en mi vereda
dándole sonido de quiebre a los pasos;
es un hecho confirmado.
Que las cosas no son como parece
y que mis ojos son dos tapones
de un mar siniestro lleno de sirenas muertas;
es un hecho incierto.
Que estoy solo y moriré solo
porque las cosas son como son
cuando uno tiene maneras firmes de vivir;
es solo un rumor.
Que el amor más puro es letal
y las cosas a las que uno se acostumbra
siempre son las que nos condenan;
es la pura verdad.

Muchas Moscas



Sera que hemos llegado a la cumbre de las cosas. Seremos acaso participes de algún cambio en los tiempos al pisar tierras inhóspitas para los pueblos del este, sur y norte. Tendremos en este contacto contigo Baal una mayor soberanía sobre las cosas materiales y las no materiales. Podremos volar y desaparecer, fabricar maquinas gracias a este avance que nos otorgas en la geometría, astronomía y la física. Nadie en toda Anatolia podrá detenernos. Gracias te damos, recibe nuestro incienso y la sangre de estos animales. Baal ha ayudado.

Y así los dos fueron a sus respectivos hogares atravesando el monte que separaba al pueblo de las cadenas de piedra, con sus montañas y cuevas con antiguos acueductos formados mucho antes que el primer hombre llegará. De todas las decisiones que emponzoñaban las cabezas de cada uno; no se podía discernir cual era la más ambiciosa. Uno quería un imperio dueño de todos los pueblos del Mediterráneo; el otro quería que todo hombre y mujer que se le cruce pueda brindarle lo más valiosos que tenga, si es mujer su pureza y si es hombre su talento. Cada quien cavilaba en silencio uno al lado del otro en ese camino oscuro y lúgubre. Pronto las luces de la ciudad se divisaban. El sonido de sus pasos y los ladridos de perros que sentían que algo había cambiado anunciaba su llegada.
Yo en uso de todas mis facultades físicas y mentales te quiero regalar un secreto, dijo uno al llegar a casa y encontrar a su mujer preparando la comida. La sentó en un banco y le relato cómo había estado orando con fe para que le sean otorgadas las respuestas a los algoritmos que le impedían avanzar en el entendimiento de las cosas. De cómo junto a su amigo habían sacrificado un par de becerros invocando en el fuego que Baal se apiade de ellos y como él escucho sus lamentos. El fuego adquirió una mayor intensidad y se torno rojo como la sangre, no salía humo a pesar de que cada vez se agrandaba más la llama. Cuando estuvo del tamaño tal que sobrepasaba los siete pies y medio, del centro salió un gran toro joven con forma humana, no nos dimos cuenta hasta que dio unos pasos por la cueva, de que tenía en la espalda dos cabezas más y que a pesar de encontrarse el cuerpo en movimiento, aún dormían. La primera, de un gato y la otra, la de un hombre joven y hermoso, una a cada lado. Pronto el ser se identificó como Baal, y nos hablo en lenguaje muy refinado sobre la seriedad del asunto. Nos brindaba el conocimiento infinito de las ciencias y la alquimia, así como el don de poder desaparecer a voluntad y aparecer en un lugar que se elija, podíamos también dominar las mentes frágiles y a los niños para que actúen de la forma que nos plazca pero con la condición de que nunca podríamos volver a estar como antes de eso; pasé lo que pasé. Con asombro la mujer miraba a su esposo hablando con tanto ahínco sobre cosas que le resultaban temerarias y difíciles de creer que tuvo un extraño deseo de ser sometida y poseída. Y así fue. 

El otro hombre llego a una casa sola, sin mujer ni padres ni hermanos. Una mesa vacía y agua en un recipiente cerrado era lo único que él tenía en casa, junto a un montón de textos y cálculos que no se podían comer ni tampoco emitían sonido alguno. Después de un sorbo de té que se animó a preparar recordó el poder que se le había otorgado, sonrío terminando su taza y puso el abrigo de nuevo dispuesto a salir por la noche un momento a comprobar algunas cosas que él creía que lograría. Anduvo en luna llena por caminos rodeados de pequeñas y precarias casas de gente que dormía. Un ebrio apostador a los lejos se acercaba zigzagueando haciendo sonar las monedas que aun tenía en su poder. Al pasar al lado este le dijo sin pronunciar palabra que le entregue el bolso, solo le miro a los ojos y extendió la mano, lo que fue suficiente para completar el mensaje. Así fue que otorgo lo pedido y le hizo una reverencia. Inmediatamente después el hombre deseo estar en la taberna del pueblo y tras pestañear, impresionado por su incredibilidad, se encontraba en ella con una bolsa llena de monedas bajo el brazo.
Satisfizo su hambre y su sed y empezó a observar a las prostitutas que allí se encontraban. Hubo una en especial que le llamo la atención, a pesar que descansaba en las faldas de un viajero. Le miro a los ojos y la llamo en su mente, la mujer, al sentir un aviso de una dirección especifica, busco con la mirada la fuente de ese mensaje. Vio a un hombre sentado en una mesa de platos vacios y con un vaso en la mano mirándola con mucha insistencia y seguridad. Sintió deseo y atracción. Se levantó delicadamente, y haciéndole una reverencia al hombre sobre el cual había descansado su peso, se despidió para acercarse donde se encontraba aquel. A medida que la joven se acercaba la luz del fuego de su mesa mostraba más detalles de su bello rostro. La transparencia de su cuerpo en esa delgada tela que le daban los amos a sus concubinas y la perfección de sus dientes en una inagotable sonrisa. ¿Quién eres? le dijo ella a él, y sin oírse respuesta alguna se entendió que había recibido cada uno de sus pensamientos y sucumbido a una fuerza inentendible para los demás en ese lugar. La mujer se siente atraída por los hombres que admira y teme en todas las circunstancias de su vida. Intercambiaron nombres y fue así como ella obedeció desde ese instante todo lo que él quería. Con una mirada y monedas brillantes silenció al dueño de la taberna y de las mujeres y recibió a cambio una reverencia que fue correspondida. 
De regreso en su hogar consumó el deseo que tenía por ella, recorriéndole con goce y serenidad recordando que apenas hacia unos momentos ella estaba en la taberna y él en su casa solo con el fuego y el agua. Después de poder tocarla y observarle libremente en privacidad sintió el calor intenso de la carne. Fueron varías las veces que ella le recibió esa noche y varias las horas que durmieron de más esa mañana; tanto fue el descuido, que su amigo al no encontrarle en su jornada diaria le fue a buscar en casa, encontrándole dormido aún con una bella mujer encima. Una gran sonrisa antecedió el llamado por su nombre. Grata fue la sorpresa al ver a su compañero al lado de su lecho de rodillas mirándole con alegría. Le dijo que se apurase en alistarse que tenían mucho porque trabajar. El hombre se incorporó y salió de la cueva para que pueda vestirse su compañero y para que pueda también despedirse de su amante. De pie ambos ya vestidos y aseados, se miraron con mucho afecto y cogiéndole ella a él la mano, le dijo a sus ojos esto: “por haberme dado tan mágica noche y haber colmado mi vientre de tu vigor dejándome llena de dicha y juventud, te brindo a ti está sabiduría femenina; el amor es un veneno dulce que mata, ten cuidado de él. Tendrás mucha suerte en ese terreno ahora que tienes este poder”.
Con sorpresa se dio cuenta que la mujer no había estado bajo el encanto de su mente sino que aún mantenía el libre albedrió. Le pregunto entonces porque había accedido a salir con él y dejar una noche de trabajo por compartir su lecho pobre; por la forma como miras, le dijo. El otro hombre impaciente llamaba en la puerta reclamando la presencia de su compañero. Esto hizo que la mujer se incorporase y saliera de la casa de prisa dejando atónito al amante. 
Juntos los dos; camino a su pequeño laboratorio conversaban de lo que habían hecho al llegar a sus casas. Como uno lo habría pasado con su esposa y el otro con aquella bella prostituta. Ambos lograron consumar su deseo y eso les pregonaba una buena señal. 
De nuevo en el trabajo ya podían seguir adelante con los proyectos que no lograban completar por llegar al tope de su solución. Tenían ideas nuevas provenientes de una espontaneidad desconocida. Lograron dominar las distancias al darse cuenta que mientras más lejos ellos logren conocer el territorio más amplitud tenía el poder de transportarse a voluntad desapareciendo y apareciendo donde se desease. La vida era ahora un sinfín de posibilidades para sus caprichos y su ingenio. Rápidamente adquirieron fama por los inventos que hacían y por la buena fortuna que siempre les acompañaba. Tenían ya a su cargo a muchos hombres trabajando para ellos siendo más efectivos en los pedidos y las entregas. 
A los pocos meses ya el dinero no era problema y la envidia era fácil de cosechar entre tantas personas simples, como siempre lo es. A los pocos años ya las mujeres a uno se le acumulaban y al otro los hijos. Pero ambos tuvieron visiones de sus futuros y de los de sus seres queridos, vieron cosas desastrosas. Uno pudo mirar a un hijo deforme que aún no nacía y como esto le alejaría de los demás por la repugnancia. Vio el dolor de su esposa tras parir a un niño enfermo y sin remedio alguno de ser normal como los demás. Se le destrozo el corazón al presentársele esta visión y no pudo hacer nada para solucionar esto pues aún no había acontecido. Se decidió entonces por no tener más hijos y así burlar el destino, con lágrimas en los ojos y el corazón roto le pidió a su mujer que no engendre más sin saber que ya se encontraba en la dulce espera.
El otro se vio a si mismo enfermo y loco, contagiado por alguna de las tantas amantes que se había acostumbrado a poseer sin reparo. Vio el legado de enfermedad que esparció también en muchas jóvenes a las que él persuadía con mayor facilidad, mujeres jóvenes esparciendo la enfermedad y muerte de entre sus piernas. Ya para ese momento, había desarrollado un gusto por las aun sin madurar. Se sintió miserable por sus acciones y acongojado por ese futuro trágico que había vislumbrado, se examinó sus partes nobles y dio cuenta que ya había sido contagiado al verse con pequeñas marcas oscuras.
Parecía todo inevitable para ambos pero decidieron recurrir a Baal nuevamente para que les ayudase con estos imprevistos y también para agradecerle todo lo que les había dado. Enrumbaron nuevamente a las montañas y se pusieron al hombro lo necesario para volverle a invocar. Reunidos una vez más junto al fuego los hombres iniciaron las oraciones y los cánticos que le atrajeron inicialmente e hicieron los sacrificios acostumbrados y prendieron los inciensos con devoción levantando súplicas pero esta vez no paso nada. Se preguntaron si tendrían que ir hasta el mismo templo en Palmira o si el sacrificio hecho no era suficiente para volver a atraer a su señor. La desesperanza se apodero de ellos habiéndose miserables por las desgracias futuras que tendrían que afrontar sin poder remediar el pesar que acarrearía. No era suficiente el conocimiento ni la riqueza brindada para luchar contra la muerte o la enfermedad. Una nube de moscas verdes entro por la cueva y rodeo todo el espacio que ellos habían dispuesto para los animales tomando el enjambre una gran forma humana y abriendo unos ojos rojos que asustaron de muerte a los dos.
El mosquerío pronto se convirtió en un hombre hermoso y grande que vestía sedas y joyas de rey. Les miró con despreció y les dijo: “¿Otra vez ustedes? ¿No les he dado ya lo que me han pedido?¿Qué desean ahora?” Al decir esto se sentaba en una gran piedra al fondo de la cueva donde revelo sus rodillas, con una cabeza dormida cada una respectivamente. Una de un toro y otra la de un gato.
Ambos le contaron uno a uno las visiones que habían tenido y como uno de ellos acudió a un nigromante para que confirmase lo temido. Esto último le hizo sonreír sarcásticamente por la ignorancia que ambos tenían de aquellas artes. Mientras este escuchaba ambas confesiones jugaba con una pequeña piedra brillante que poco después se pudo reconocer como un zafiro. Cada destello de luz que creaba era interminable y mientras uno decía lo que le había pasado el otro asombrado miraba como bailoteaba en la mano divina una luz de inmensa belleza. Esta luz podía atravesar el tiempo y darle una certera apreciación de lo que le esperaba. Cómo iban a perecer siendo justo el castigo. Este hombre que fue el primero en hablar tuvo entonces mientras su compañero rogaba por su suerte una revelación. Pero este entendimiento llego con paz y sumisión, por un camino de flores en el cual poco a poco se alzaba el gran creador de las cosas purificando sus males y dejando esta vida de piel y polvo. El cantar de una joven odalisca le seducía tiernamente haciéndole sentir esperanza y seguridad por su futuro, estaba siendo invitado al abandono del control lejos de todo. Era la muerte quien cantaba. 
Dándose cuenta de que su compañero ya había terminado de hablar pidió en nombre de ambos que regresasen en el tiempo para prevenir estas desgracias pero esto no estaba permitido para nadie en la tierra. Así lo explico el más poderoso en esa cueva a los demás. Por más viejo que sea no podía alterar el orden o sería castigado junto a todos los habitantes de su hogar en los abismos ardientes. Había que asumir la responsabilidad de sus acciones y había que saber al final de todo el verdadero precio de su conocimiento y fortuna. Por incumplir en este acuerdo serán castigados dijo. 
De inimaginable agonía fueron los gritos desgarradores que emitieron ambos hombres en aquella cueva esa noche, de una crueldad ajena a la tierra y a la vida que en ella crece las torturas y vejaciones que sus cuerpos sufrieron al ser devorados por la furia de lo que no podían controlar. La sangre derramada en el suelo y las partes de materia húmeda que pertenecían a los pobres mutilados pronto empezaron a llamar a las moscas y estas a los hombres. En pocas semanas un altar se erguía con un nuevo ídolo que santificar para el pueblo. La leyenda que se contaban entre todos era que dos hombres tocados por Dios entregaron sus vidas por el bienestar de los demás inmolándose en una lucha encarnizada con dos demonios que lograron vencer. El dios Baal se había apiadado de ellos y les dio la paz que buscaban cuando les atormentaba sus heridas. Más gente devota de Baal adorando a estos mártires haciendo sus ofrendas de animales y de flores que atraían muchas moscas. Muchas moscas.


https://www.youtube.com/watch?v=-brfOQ0WCjs

martes, 16 de julio de 2013

Cartas del Monte Fuji


Amada Nayoko

Ahora que se que nunca me quisiste y no pudiste serme fiel, como así me lo temía, vengo aquí a la montaña a dejarme llevar por el tiempo. No podré resistir con el recuerdo de tus labios en otra boca, de tu cuerpo en otras manos y de tu lecho compartido con otro hombre; así que pondré fin a mi vida. Ya era muy duro soportar el peso de tus anteriores amantes y de tus antiguas costumbres como para resistir ahora una deshonra más. Antes de tomar una decisión pedí consejo a la Sra. Chihiro sobre mi futuro y me dijo que tendría que olvidar ciertas cosas demostrando mi madurez pero si ser maduro significa que no me importe lo que ha pasado entonces decido morir y no madurar más; ni ponerme en tu camino o el de nadie. Adiós Nayoko, muero amándote y llevándome este dolor lejos de ti para que puedas continuar con tu vida.

Kichi





Hitomi

Tu sabías que no voy  estar por siempre, también sabes que me da asco la elección que has tomado y que para mí es como un sueño de la cogorza más fatal. Aunque sea tu padre no soporto tú pasividad y tu indiferencia hacia la vida que yo preparé para ti. La carrera, el trabajo y la familia que esperaba tuvieses ha sido cambiada por algo que no comparto ni compartiré jamás. Has hecho que me avergüence de ti y de mi mismo con tu decisión de ser bailarín. Nosotros provenimos de una familia de tradiciones muy arraigadas y seré la vergüenza de tus abuelos y de tus tíos cuando ellos sepan. No lo soportaré, lo sé. Así como también sé que te causaré muchas molestias si me quedo contigo. Al menos he tratado de brindarte la mejor madre del mundo; que sé no te dejará de apoyar. Por favor cuida mucho de ella y envíale mis disculpas por la decisión que he tomado.

Otoosan.




Compositor

Hay ciertas notas que al ser tocadas producen sonidos agradables al oído humano, hay desde las simples hasta las muy complejas. Quizá todo adolescente cuando empieza con la guitarra comienza tocando Shape of my heart de Sting y tal vez con mucha práctica y empeño llegue a tocar parecido a Robert Plant o Jimi Hendrix, pero aún a ese grado de complejidad siguen siendo notas conocidas. No quiero decir que todo ya este inventado o que no queda más por inventar pero es también innegable que muchas canciones se parecen. Por ejemplo cuando escuchas a Oasis es imposible no sonreír y recordar a los Beatles evidenciando lo difícil que es crear algo nuevo que agrade o por lo menos divierta.
Guillermo entendía al ser humano como un instrumento musical, no era un pensamiento propio pues un amigo le dijo que “las mujeres son como las guitarras y hay que saber tocar las notas apropiadas”. Lo decepcionante para él era que todas las personas parecían reproducir siempre la misma canción, todos hablaban de banalidades, de sus deseos de comprarse carros y departamentos, de sus viajes y sus trabajos donde todos parecían ser importantes e indispensables. Últimamente el tema frecuente eran las maestrías, los MBAs, matrimonios, partidos de futbol y de lo acarameladamente felices que parecían vivir. Todo ese caramelo rancio y barato que le era tan notorio a Guillermo era hostigoso y saturante
En aquel momento supo que tenía que inventar, que debía tocar nuevas notas, que era indispensable crear. Moltmann dice que somos creaturas y no criaturas, que somos hijos de un creador con capacidad creadora, pero nunca dijo que solo algunos lo podían desarrollar. Por esos días Guillermo practicaba nuevos comportamientos, formulaba nuevas preguntas miraba de manera distinta, pensaba que si quería una respuesta diferente de la gente debía ser diferente. Pero su diferencia no era comprendida, recibía miradas de extrañeza, comentarios de asombro y también rechazo, se decía que estaba drogado o incluso orate.
Cuando se analiza la materia es necesario llegar a su parte indivisible, al átomo, la base desde donde todo parte de la misma forma como un entendido de música se remite a las notas musicales; ¿Cuál es el átomo del ser humano? ¿Cuáles son las notas fundamentales desde donde se crea su comportamiento? Guillermo hurgaba tratando de entenderlo, pero su falta de preparación no se lo permitía; es puramente intuitivo y lo peor de todo con poca paciencia. En su búsqueda llego hasta Descartes y su verdad absoluta: Yo Pienso, Yo Existo, pero era algo muy individual o al menos así lo entendió, no le aportaba gran cosa en su búsqueda y es así como se fue a un extremo, si hay una verdad absoluta debe haber un miedo absoluto y que miedo más absoluto que: Yo Muero
Extenuado de Descartes y los absolutos se dio una noche libre, se cito con una mujer con la que compartía alcohol y alcoba. Ya en el acto sintió incomodidad por lo mucho que ella gritaba, pero pedir  verbalmente discreción terminaría con el momento así que le tapo la boca. Ella mordió sus dedos lo cual lo alteró, la  volteo poniendo su cara contra la almohada pero aun así el sonido le era insoportable, busco en la mesa del tocador y encontró su pequeña cuchilla de bolsillo, sin pensarlo la desenvaino y se la puso en el cuello, vio como ella al sentirlo detuvo todo movimiento y ruido, pero seguidamente comenzó un movimiento ligero y muy acompasado de caderas, sintió como su cuerpo subía de temperatura hasta cubrirse su espalda completamente de sudor, vio como el sudor bajaba por su vientre y se amontonaba en sus pechos para dejar caer las gotas por sus pezones. Ahora el movimiento era rápido y violento, intento retirarle el cuchillo de cuello pero fue ella que se lo impidió ajustando con más fuerza hasta hacer pequeños cortes en la piel, después de un rato ella suspiro profundamente y el llego a sentir la humedad de su entrepierna, ella se echo pasándose los dedos por el cuello limpiando la sangre que se mezclaba con sudor, se llevaba los dedos a la boca y le mostraba la mejor sonrisa que nunca había dado.           


El anterior relato ha sido escrito por un amigo de Gonzalo Gozza. 

viernes, 5 de julio de 2013

Perdido un sábado

Sábado por la noche, sus padres de viaje, sus hermanos pasarían la noche fuera; era el momento perfecto que Guillermo había estado esperando por tanto tiempo. A su edad algo de privacidad es siempre apreciada. Usando las redes sociales comenzó a llamar a sus “amigos” y “amigas”, parecía que iba en retroceso. A los 30 la mayoría de personas tiene un grupo de amigos consolidados con los que se suelen ver cada fin de semana y asisten a reuniones o a restaurantes, pero el acababa de perder hacia poco a casi todos sus conocidos. La mayoría de hombres de su edad ya tienen una relación de tiempo con alguna chica a la que seguramente ya le han propuesto matrimonio, en la compañía, Guillermo ya a ninguna de las chicas con las que había tenido algo le interesaba. Esporádicamente se acostaba con ellas pero cada vez era notorio que ellas habían perdido todo el interés. La mayoría de jóvenes de su edad ya se habían comprado un carro o pensaban hacerlo pero él había comprado una bicicleta vieja por la que había pagado una fortuna.
Ese sábado por más que llamo y hasta suplicó, nadie le dio respuesta. Para sus conocidos era cada vez más pesado tener que aguantar su compañía, ya que nunca quedaba claro si les insultaba o se burlaba de ellos de una manera sutil.  Siempre hablando de temas “complejos”, ajenos a la época como la guerra fría o las matanzas en Bosnia, haciendo alarde de su conocimiento, aburriendo a unos y sacando de quicio a otros. Con las mujeres era incluso más agresivo, nunca prestaba atención a lo que le decían, alardeaba de su trabajo y sus viajes de capacitación y cuando ya estaba más borracho les pedía ir a un hotel sin la mayor sutileza ni cariño. Los temas materiales siempre le fueron ajenos, solo tenía lo que le servía, un carro era caro y no lo necesitaba con premura, vivía con sus padres para no pagar una renta. 
Al ver que nadie asistiría;  maldijo su comportamiento y hasta su vida, saco la bicicleta vieja y se echó a manejar, con amargura, con dolor, tratando de ir tan rápido para que las lágrimas se vuelen con el viento. Pedaleo por horas y cada vez más rápido. En una mala maniobra chocó la bicicleta contra una zanja y cayo, rodó por el piso, escucho a alguien decir “¡Au!”. Sentado en el piso con la pierna sangrando vio a la gente pasar y lejos de acercarse noto que todos sonreían. Cuando caes es así, a todos les divierte  y mientras más fuerte es el golpe más gracia les da. Supo en ese momento que él debía levantarse solo si quería seguir, estaba en el piso, herido y solo.
Levanto la bicicleta y pedaleo aún más fuerte, directo hacia la oscuridad, siguiendo a los carros, después en contra de ellos y después en contra y en medio de ellos, buscando su atención, que sepan que aún ocupaba un lugar en el espacio. Después de horas de pedalear entre casas y avenidas se dio cuenta que estaba perdido, había ido muy lejos en la oscuridad y ahora cansado y sangrando tenía que volver. Después de andar y andar, tratando de recordar el camino y buscando ver una avenida conocida, el cielo ya estaba poniéndose claro y comenzó a pedalear pero ahora más tranquilo. Había encontrado su camino. Se dio cuenta que nunca antes había caído de una bicicleta y si no te has caído no puede decir que realmente haz manejado una bicicleta. Se dio cuenta que muchas veces se pedalea fuerte sin rumbo y que tal vez  encontrarse sea al final el único significado, pero primero hay que perderse.



El anterior relato ha sido escrito por un amigo de Gonzalo Gozza. 

Lincoln(versión no oficial)

Tumbado en su cama después de ser nuevamente plantado por la misma mujer que parecía ya no deseaba ser su amante, escuchando  free bird de Van Zant,  Guillermo pensaba en la película del ex presidente asesinado Lincoln,  en esa extraña  guerra de secesión de la que pocos hablan, en  todos esos gringos sureños y en su extraño acento de hablar el inglés. Para muchos quizá Lincoln, como Castilla en Perú, es recordado por haber abolido la esclavitud y con eso darles el nivel de seres humanos a millones de negro que incluso hoy se dan el lujo de tener un presidente, pero había algo que le inquietaba aún más: Lincoln fue asesinado, y con eso quedaba claro que puedes ser el mismísimo presidente del país más poderoso del planeta y sin embargo puedes ser asesinado (¿Por qué? ¿Por quién? No era de su interés). Lo único que a Guillermo le consternaba era que nadie se puede escapar si alguien, por algún motivo, decide hacerte daño.  Sea con razón o sin ella, sea por el bien de muchos o de pocos y no tiene que haber motivo para hacer daño, ni mucho menos justificación alguna, simplemente puedes hacerlo por placer.
Tomo su billetera y se dirigió a la casa de la mujer que tanto le había costado ganarse su cariño, y tenía claro que si se podía hablar de algún sentimiento ese solo podía ser cariño. Llevaban ya dos años juntos en aparente calma, ella se había acostumbrado a él y él ya no sentía ese miedo de verla sin pensar que lo terminaría nuevamente. Por eso días salían más con amigos en común e incluso habían llegado a reunir a sus familias en un almuerzo en el que sus padres se emborracharon y tácitamente acordaron que si les gustaría ser suegros. Cuando llego ella estaba terminando de alistar su maleta para el viaje en el que le propondría matrimonio. Cuba sería el destino por decisión mutua, ella había seguido una dieta estricta y se veía mejor que nunca, se podría decir que el cariño estaba en su máximo expresión.
Le recibió con un beso y se colgó de su cuello viéndole a los ojos y noto que algo había en su mirada siempre esquiva. Mientras él  caminaba hacia la casa; miro el parque, los arboles encorvados, la banquita en la que solían conversar, se detuvo por un momento y había sonreído lentamente como cargando la pistola de pólvora con la que se le disparo a Lincoln.
-          ¿Pasa algo?
-          No  (imagino en ese momento que para el asesino de Lincoln no debió ser fácil, seguro dudo).
-          ¿Seguro? Se te ve raro…
-          La verdad es que si. Y la abrazo hasta que sus labios quedaron a la altura de su oído izquierdo (dicen que es el oído más sensible de las mujeres) ¿Te acuerdas ese día en el parque cuando me dijiste que me largue? Ella se alejó lentamente con una mueca de extrañeza, con esa mirada que anticipadamente sabe que va a llorar.
-          Eso ya paso… Dijo, como pidiendo disculpas por algo que no se había dado cuenta.
La venganza sin hacer daño no es venganza y tiene que ser necesariamente en el momento más inesperado, cuando el otro se siente seguro y confiado. El sur nunca le perdono a Lincoln la libertad de los negros y lo mataron (versión no oficial) cuando estaba en el teatro, seguro, confiado.

-          Es que eso no paso (sonriendo), y ahora… a tus 32 años; te quedas sola perra de mierda




El anterior relato ha sido escrito por un amigo de Gonzalo Gozza.