miércoles, 6 de abril de 2022

Cartas del Monte Fuji - SugarDaddy


Mi amada Umiko

Nunca me mostraste tu celular aunque prodigabas transparencia y lo fácil que sería para ti entregármelo para poder confirmar tu virtud, nunca paso. Pero si tuviste el descaro de citarte con alguien delante mío o de contarme que saldrías con otras personas a quienes encontrabas mejores cualidades que las mías. Me dijiste que lo harías pensando en mí para terminar de sentir los sentimientos que quedaban. El amor siempre tuvo ese grado de maldad tan siniestro contigo.

Tus matices entre el cariño y la agresión cada vez eran menos nítidos. No solo esperabas que te siguiera la corriente en tu visión superficial y derrotista de la existencia sino que mis comentarios eran todos tomados con indignación. La negación de una perspectiva distinta y el repudio al interlocutor, argumentando con la  libertad y la aceptación del otro como muestra de amor, de balance y de madurez era todo obra del egoísmo.

Me di cuenta hace mucho tiempo que mi presencia en tu vida es similar a la de un juguete con un niño. Sigo el capricho constante de tu bipolaridad, es algo que siempre oscila como un péndulo sin calibrar que fácilmente rebasa los límites de lo permitido. No es comprensible que las acciones que disfrutas cometer con perfidia sean luego olvidadas y justificadas con una disculpa hipócrita, dinámica que repites constantemente.

Dijiste que no podías verme por tus responsabilidades y al día siguiente saliste como si nada a beber nuevamente, conociste nuevos varones con quienes compararme. Yo solo pedí un poco de cariño Umiko pero recibí nuevamente una mentira disfrazada de excusa que se derrumbó cuando me contaste sin ningún reparo que habías salido lejos de casa a beber con chicos conocidos y por conocer. Mis deseos no tienen ninguna prioridad ni tampoco el respeto que me merezco.

Perdona Umiko, se libre que tu vida apenas empieza y el inmenso amor que te tengo no tendrá ninguna relevancia pronto. Como me has demostrado, llorar es algo tan fácil de fingir espero que no exageres y pronto estés divirtiéndote. Agradezco mucho el corto tiempo que te diste para quererme y recordarme siempre mis defectos. Aprovecha el tiempo y arriésgate a  perder, quizás tu vida culmine sin que lo hayas experimentado pero espero puedas aprender.

Me despido guardando tu sonrisa para toda la eternidad

con Amor Kenzo



jueves, 24 de marzo de 2022

La Caída

Recibí una contusión en la cabeza y he activado una zona diferente a la que usualmente recurro para resolver mis problemas cotidianos. Fue una caída tonta en bicicleta por no prestar atención y distraerme atendiendo una publicidad en el camino. Perdí el equilibrio y la bicicleta hizo una cabriola que termino con la llanta golpeándome y la campana destrozada. Recogí los pedazos de metal y plástico y le respondí a una señora que se preocupó por mi estado. El rompemuelle traicionero yacía inexpresivo y firme en su consistencia a esas horas de la tarde.

El tiempo en el que ocurrió esa caída fue lamentable, las cosas no andaban bien y la resolución de problemas estaba a cargo del lado más primitivo de mi mente. La sabiduría otorgada por los años de evolución y el desarrollo de toda una red neural de conocimientos y aptitudes heredadas era ignorada. Atendía las demandas con las peores decisiones de mi repertorio y parecía haberse instaurado una racha de desatinos. Como en un partido de futbol mediocre; todo era un caos.

La ira era la respuesta y actitud adoptada para no atender el verdadero fenómeno al que me enfrentaba que era el de mi envejecimiento. Aceptar que nuestros recuerdos van hacia un charco de vacío profundo y oscuro mientras todas las cosas se deterioran lentamente no estaba en mis consideraciones. Todo ocurre sin ninguna nostalgia o emoción humana, es lo natural; como un manantial que se llevaría cualquier sufrida canción de amor o carta de venganza con la misma indiferencia. El agua y la sangre fluyen, siempre fluirán.  

Entonces a esas alturas traté de no perecer y de ser agradecido. Era cierto lo que algunas personas decían de mi indolencia y de la falta de misericordia, lamento no haber aceptado que lo había aprendido y que no lograba salir de mi zafiedad más que nada por una férrea convicción. Nunca entendí el valor del dinero y esperaba del lado afectivo la misma abundancia. Aprendí mucho después a diferenciar los tipos de amor por varias aporías personales, después de haber guardado un gran rencor.

El ajedrez no lo es todo, quisiera enamorarme y saber que se siente besar a una muchacha. Dejar los viajes y las competencias... Solo deseo contemplar una partida con alguien que no sean mis padres. Extraño tanto el caminar con mi perro y ser como los otros chicos…Pensaba eso cuando era un niño sin entender la suerte que tenia de no haber crecido en un lugar donde mis habilidades hubiesen pasado desapercibidas. De haber sido bendecido y que las privaciones pueriles correspondan a una vida llena de logros y reconocimientos.

Recordaba con nostalgia aquella normalidad de no competir, de no sentirme presionado por distintos motivos sociales e incluso políticos que tengan que ver con mis victorias. El mundo no representaba en ese momento lo que ahora sino más bien un gran espacio por recorrer junto a mi perro Ivo. Ninguno de los dos teníamos consciencia de algún proyecto de vida o de alguna meta por alcanzar. Solamente caminábamos por la nieve explorando el lugar. Nunca se vuelve a los momentos de felicidad del pasado pero ayuda recordar que existieron.

Adoraba los bufets y las grandes cenas que la FIDE hacía para nosotros. Un gran número de veces como hace unos días he tenido una mala noche por la mezcla exorbitante de comida, cocteles y prolijos postres que terminaron sin ninguna distinción en el inodoro después de varias arcadas. Las decisiones más triviales no habían sido tomadas en serio y ya había sentido en el fondo de mi algo de resentimiento mermado.

Un impulso irrefrenable de ponerme histérico y de gritar blasfemias, perjuicios sin distinción, despertó en mí. El desconocimiento total de las normas de convivencia para echar por tierra mi reputación. Las voces que oía no son solo fantasías que logran abducirme del tiempo real, pertenece a mis controladores. Logre dejar de oírlas por un tiempo cuando estábamos en Kemer. La caída había ayudado a callarlo todo.

Los problemas que tengo no tienen razón de ser y mi violencia es inadvertida. ¿Cómo puedo dormir tan plácidamente? Durante la mayoría del tiempo soy absorbido por un bicho caótico y de costumbres totalmente vándalas. Me veo forzado a ser una persona que no logra salir de su habitación sin destruirla. Siempre listo con la confianza y arrogancia que me otorgaba mi título de Gran Maestro Internacional pero de fácil de estallar ante la presión. 

Pocos meses después mi apenada novia no pudo más y huyó de mi compañía dejándome solo con la federación que ya había tenido rumores de mis supuestas golpizas y explosiones de ira. Nunca acepté algún comportamiento fuera de lugar y atribuí todo a los problemas de pareja. Dentro de mis partidas deslumbré con mis jugadas pero algo ocurría internamente y no lo trataba con la debida responsabilidad.

El día que perdí a mi madre tuve un sueño. Le preguntaba a mi hermana que estaba junto a mí; niños ambos, cuál de los dientes le dolía pidiendo que lo señale en una calavera que sostenía en su mano. Una vez señalado mi madre procedió a retirarlo, prensándolo fuerte con una pinza y haciendo movimientos circulares para que este afloje. Después de forcejear un rato la salió con un sonido seco y mi hermana empezó a sangrar profusamente por la boca. Desperté con una extraña sensación.

De la misma manera debía yo de señalar en el espectro que era mi salud mental donde se encontraba aquel mal que tanto me obligaba a perder los papeles y que ya había dado noticias en la casa de mis padres. Las cosas no mejoraron y poco a poco fui perdiendo mis privilegios…aún recuerdo tu risa y la manera como te engreías. Las ilusiones tan desproporcionadas que te hiciste sobre mí y la decepción tan dura de verme caer en un abismo. Lamento tanto lo que paso y a la vez regreso siempre a tus brazos.

La vida ahora es proporcionalmente solitaria a como fui cuando no estaba medicado. Solo espero la mudanza.  




jueves, 13 de enero de 2022

Mira

Me recordó mucho a Armagedon y a ese ego tan desmedido norteamericano de creer poder hacerle frente a los embistes de la naturaleza y vencer para ondear su bandera estrellada. Hellboy(Ron Perlman) deja de ser una criatura roja del inframundo y regresa a su forma original de monstruo republicano con aliento a whisky, amenazante y rudo, sin miedo a entregar la vida para ser luego venerado como macho alfa. Ni Randall(Leonardo Dicaprio) ni Kate(Jennifer Lawrence) entendían la frialdad y desinterés por una noticia tan devastadora aunque el primero sucumbe a la vida plástica de hoteles caros con una rubia conductora de televisión engreída y libertina. Es fácil olvidar el fin del mundo cuando se esta dentro de Cate Blanchett. La vida se ha vuelto la negación de nuestro cruel destino imitando el desparpajo de los ricos y alimentando sus egos para que terminen con todos nosotros. Meryl Streep esta vieja pero sigue manteniendo una elegancia indestructible aunque no me haya convencido en el papel de presidente del país más infame de la ciencia ficción; corrupto y escandaloso como siempre. Ha sido mucho más interesante el rol de su hijo Jason(Jonah Hill), representante intachable de la actual generación y de la completa ineptitud ante la realidad sin un celular. Un personaje que se distingue por su incapacidad y el respaldo de un poder que le da la confianza necesaria para despreciar lo real. A diferencia de Presagio, Impacto Profundo o Melancholia en las que todas las apuestas están echadas y el fin es inminente aquí hay un plan de evacuación para los ricos, quienes llegan a su destino comandados por Peter Isherwell, millonario y salvador de la especie con sus avances tecnológicos, felicidad artificial y homosexualidad robótica. La vecina de Charlie Harper(Melanie Lynskey) logra soportar con hidalguía la infidelidad y la destrucción de la tierra manteniendo junta a su familia y compartiendo con un evangélico pandillero(Timothée Chalamet) su ultima cena. Solo hay que tomar todo con humor aunque nos estén llamando ingenuos, condenándonos a un desastre sin igual. Ariana Grande actuando de ella misma lo dice de forma precisa ante la cortesía ya casi extinta del siglo pasado: Why don't you mind your own business you old fuck? La generación que no soporta la verdad objetiva gana terreno de forma desmesurada. Merecemos más de un fin del mundo. 





Primera vez

No le gustó ni la forma como se lo dijo ni el contenido. Era alguien cercano y seguramente pensó que estaba tan bebido que no iba a recordarlo pero lo registro de inmediato; se dio cuenta de la intención de disminuirlo ante los presentes atribuyéndose así la virtud de la elocuencia. Le fue intrigante pues creía que esa persona le mantenía algún aprecio o cercanía. Nada en sus relaciones interpersonales era lo que parecía y eso era algo que realmente le incomodaba. Cuestionaba si lo que valía la pena entonces era ser egoísta y solo satisfacerse a sí mismo.

A esas alturas la mayoría de personas que no logran un éxito económico considerable se animan a aceptar algún riesgo; algo de emoción para sus ya desperdiciadas vidas. La sensación de que el fin no tiene un pronóstico reservado sino que es públicamente conocido cuando se llega a la adultez media y esto hace más difícil prolongar el entusiasmo. La juventud nos libra en su hechizo de la consciencia de nuestros límites y de actuar con cautela. Todos amamos ser temerarios y peligrosos para no enfrentarnos al vacío inherente a todas las cosas.

Fue entonces cuando se desprendió de su alma el deseo íntimo de acabar con él y no lo tomo como algo a la ligera sino que imagino la manera de concretarlo sin ser descubierto. Fantaseó morbosamente con desaparecerlo y robarle todo lo que tenía, con atesorar un recuerdo y sin ningún remordimiento negar absolutamente cualquier conocimiento del paradero de su víctima o al menos de los restos que se había encargado de esconder impecablemente por toda la ciudad paseando en bicicleta.

Al principio fue un mal rollo que no podía dejar y comenzó a invertir más tiempo en las mismas labores rutinarias con mayor desapego. Abastecía y era correspondido, podía tener algo de tranquilidad, con esos oscuros deseos de corromper sus propias manos casi en silencio. Despertaba muy temprano y el agua fría del baño lo endurecía más, recordaba al final de su ritual matutino lo que había ocurrido y se contenía para no exaltarse. Nunca había sentido rencor de manera tan febril, ni siquiera por su ex mujer después del escándalo con los serenos.

La sangre ajena dibuja formas en el suelo de la ducha mientras se escurre a través de sus piernas recorriéndole de la misma manera como hace unas horas lo hacía en alguien con vida. El jabón enrojecido y los coágulos en el cabello que sentía cuando masajeaba su cabeza eran pruebas que debían ser eliminadas. Una mentira que justifique la ausencia y un testigo. Imaginaba cada detalle y luego se vestía pero lamentaba mucho que no fuese alguien de menor sociabilidad y poder adquisitivo. Siempre es más sencillo matar a alguien que se encuentra en condición de miseria. La sociedad sentía el alivio y no culpaba a nadie.

Él era un anestesiólogo que vivía tan solo a dos calles de su casa. Eran muy común los encuentros fortuitos y los saludos informales en las tiendas o farmacias. Habían crecido en el mismo barrio e incluso sido compañeros de equipo en los partidos de futbol adolescentes que se disputaron en la cancha del parque. Muchas veces por evitar eso hacía las compras saliendo del trabajo procurando atender cada una de las carencias sin que haya luego necesidad de salir. El mundo trataba lo contrario que él en ese sentido, sus buenos deseos y la responsabilidad tenían que ser abolidas. El capricho es el jefe supremo del universo cuando nadie aplica lo cuántico.

Era un tormento cada coincidencia. En sus caminatas se reconocía alimentando el odio que tenía con sonrisas hipócritas y saludos a conocidos. Tenía una hermana que acudía con frecuencia al mismo gimnasio que su ex y se telefoneaban para coordinar las idas juntas. De las personas que saludan de manera informal y duplicándolo; Hola Hola; para continuar con un alud de trivialidades y de falsas consideraciones. Era insoportable y cada vez que observaba a alguna mujer saludando de igual manera deseaba dispararle. La despersonalización era en estos momentos un mecanismo de defensa para los seres humanos, ya no un trastorno.

Las obsesiones y los mensajes encriptados que podía encontrar en los textos de ocultismo que leía, le refugiaron de la culpa por no poder satisfacer sus intimas necesidades entendiendo que ellas proferirían un mal irreparable y sería considerado una vergüenza para su familia. Los duelos ya no existen y eso hubiese sido una gran solución socialmente aceptada. El mundo había acabado con todas las costumbres dignas para remediar problemas personales, ahora cualquiera puede desde el anonimato hacer un daño irreparable con total impunidad.

Se encontraba observando las rutinas de las personas en el trabajo. Las horas exactas en las que acostumbraban ir al baño, a la maquina por una merienda. EL ciclo menstrual de las mujeres que las obligaba a ir más de 3 veces al baño por día además de ponerlas más espontaneas y sensibles. El ánimo constante de algunos y la lectura de sus reacciones ante ciertos estímulos que todos compartían dentro de la organización le dieron una visión general de la conducta de sus colegas. Una medida precisa del grupo partiendo de cada individuo.

En la desesperación de volver a desear lo mismo con tanta ira reprimida trato de obtener un poco de liberación mediante una relación amorosa pero no le causo ninguna satisfacción emocional. No lograba sentir piedad ni pena ni apego solamente violencia cuando era incomodado o cuando tenía intimidad. Prácticas que ninguna mujer hubiese tolerado a menos que también provenga de la misma estirpe de maldad y de degradación. Era un camino al que pocos le tenían aprecio y muy pronto volvería a quedarse solo. Tuvo mucho tiempo para seguir fantaseando aquel instante.

Al fin la sangre había manchado sus ropas pero no era de la victima que tanto añoraba sino de su esposa que ya no soportaba más la violencia y estaba a punto de estallar. Las manos temblorosas solo atinaron a dispararle con su propia arma. Un poco más a la derecha y hubiese comprometido algún órgano vital. Ella salió corriendo de la habitación luego de tirar la pistola y huyo para no volverle a ver. Nunca recogió sus cosas ni mando a pedir por ellas así que pronto todo terminaría en una bolsa de basura afuera de la casa. Las heridas sanan incluso las de bala.

La escena nunca le sorprendió porque ya había tenido otras parejas antes y casi siempre podía lograr que ellas tengan algún tipo de crisis en la que le amenazaban con lastimarle físicamente pero esta vez hubo algo de orgullo al haber podido transfigurar a una mujer buena en una homicida que erró su oportunidad. El mundo de la violencia siempre consigue dominar al grupo mediante líderes abusivos y encantadores. Los estallidos y las malas decisiones son lo que hacen respirar a la industria. Todo sirve para reparar el daño que se hizo sin pensar y mantener las apariencias.

En algún momento se arrepintió pero ya era demasiado tarde. Las fuerzas no esperan a que seas bueno sino que te involucran en algo malo para que tomes una decisión. La vida esta hecha con soberbia y con el instinto de quitarle todo al otro en una región de nuestro cerebro contenida por años de cristianismo  y de ídolos de barro. La realidad nunca tuvo mayores problemas en aceptar la decadencia como norma. Nunca se cuenta la verdad así que será fácil que todo parezca un robo que salió mal. Esta mareado y ya paso la hora del toque de queda. Aun no se dan cuenta que sus destinos están marcados por la tragedia cegados ambos por su gran vanidad y egoísmo. La luna esta llena y la vereda queda manchada de rojo al cabo de unos minutos. 



De la noche en que provengo

No eres feliz con él

Derrama  la sal

El consejo más disparatado

Es el preciso

El algodón que me pediste

Ya se acabo

Tu amor se ha escapado

Viene del sur





jueves, 25 de noviembre de 2021

Piano Viejo

Él no te ama

siempre te hace esperar

nunca te responde

descuida el piano

que tienes en casa.

El no te ama 

siempre recuerda

que en su tiempo libre

es mejor salir 

y dejar excusas.

La aparente paz

es un volcán en tu vientre

una linda apariencia

que queda sobre la mesa

mis ganas de verte

despiertan tristezas

que quedan en la cafetera.

La casa que tiembla

quiere enterrar con angustia

las locuras que anhelas.

Él no te quiere

pero igual le respetas

vuelcas la cera 

sobre los parpados

de tu memoria.

Yo si te quiero 

pero no te interesa...



miércoles, 10 de noviembre de 2021

Cartas del Monte Fuji : Papá



Querida Daruma

Hoy he roto mi promesa de atesorarte y de mantenerte a salvo por el resto de mi vida. La he roto de la manera mas vil. Ensuciando mi mano con tu sangre producto de una cachetada. Mi vida entera se ha derrumbado y no puedo conciliar el sueño. Trato de distraerme viendo distintas plataformas, pero no encuentro alivio en ninguna de las alternativas que proponen. El día más feliz de mi vida fue cuando naciste querida hija y te dieron envuelta en una toalla a tu madre. Yo estaba presente y me quede hasta que pude traerlas a casa. Conduje el auto de regreso esquivando cualquier bache para no incomodarlas. Tu desorden y rebeldía, algo que yo también compartí en mi propia adolescencia, se me han vuelto insoportables; el trabajo y tu madre que siempre se empeña en tratar de menospreciar las humildes cosas que puedo regalarles, son fuerzas devastadoras que deseo corresponder con la proclamación de mi propia derrota. He venido a la montaña para entregarme y para disculparme por no ser lo que esperabas. Yo siempre te he amado Daruma y me parte el alma haberte pegado, discúlpame y recuerda por favor que tu padre se esforzaba mucho porque le ames. 


Un beso

Chichi